En estos días de COVID-19 es fácil enfocar lo negativo, pues la propagación del virus está teniendo un efecto devastador en la salud de las personas, así como en las empresas y, en consecuencia, en la economía familiar. Sin embargo, me da esperanza observar la creatividad de personas y empresas que está provocando innovación en productos y servicios.
Hay varios ejemplos de cómo se están enfrentando los desafíos de los negocios. Los supermercados han implementado protocolos de seguridad para cuidar la salud de las personas y están ofreciendo servicio online para las compras. Los restaurantes tienen disponible servicio a domicilio, respuesta que ha sido muy bien recibida por los clientes. Los colegios y universidades implementaron aulas en línea, prepararon rápidamente a profesores y estructuraron los sistemas de enseñanza-aprendizaje para continuar con el proceso educativo. Los gimnasios y personal trainers están ofreciendo sesiones digitales que han resultado muy cómodas para quienes disfrutamos de hacer ejercicio. La banca electrónica está permitiendo ahorrar tiempo y mantener la distancia social. Los artistas están ofreciendo conciertos en línea. Los que tenemos la suerte de tener un trabajo que nos permite trabajar desde casa estamos aprendiendo todo el potencial que nos han aportado las plataformas tecnológicas de comunicación remota. Estoy seguro que para nadie ha sido fácil, pero las personas y las empresas están demostrando motivación y cambios de mentalidad necesarios para innovar y actuar rápidamente.
«Las personas y empresas están demostrando motivación y cambios de mentalidad para innovar y actuar»
Estos ajustes en los modelos de negocio existentes son beneficiosos. No obstante, como consultor de gobierno corporativo en empresas familiares, me emociono aun más cuando trabajo con emprendedores de nuevas generaciones que están abordando los problemas cotidianos a los que nos enfrentamos como sociedad. Como que hay más empatía por quienes nos rodean.
Temas como el acceso a la atención médica, la desnutrición, o la falta de vivienda son problemas serios, tanto en nuestro país como en muchas comunidades latinoamericanas y a escala mundial. Se que no es posible resolver los grandes problemas de la noche a la mañana, pero debemos ocuparnos en innovaciones de alto impacto que nos permitan avanzar como país. A pesar de la situación actual que fácilmente puede afectar nuestro estado de ánimo y tumbarnos, me consuela saber que la historia de crisis pasadas demuestra que habrá planes de recuperación. No me refiero a los planes de los políticos, sino a aquellos originados por las personas, ya sea a título individual o colaborando en alguna empresa propia o de terceros, que ejerciendo su libertad encuentran formas creativas de crear, entregar y capturar valor, ¡y salir adelante!
Carlos Luna Rivara
Socio fundador Corporate Governance Leaders
www.cgl.com.gt