Este delito incrementa grandemente el riesgo de contagio, por las personas o el producto mal manipulado para su traslado.
Los guatemaltecos buscan la mejor manera de generar ingresos y llevar alimentos a sus hogares, en medio de la crisis que ha generado la pandemia de la COVID-19. En tanto, el Gobierno busca las estrategias, que según su criterio son necesarias para mitigar la situación. Sin embargo, lo que no cesa es el contrabando, el cual sigue siendo un malestar que no descansa, que no duerme y que ahora, con más fuerza, viene a pegarle un golpe duro a la economía formal.
Más de 131 pasos no controlados en fronteras han sido identificados, mencionados por las autoridades una y otra vez. En varias ocasiones, se ha solicitado la vigilancia y en el mejor de los casos, el cierre de estos que, no solo son útiles para los contrabandistas de productos, sino también para el paso de migrantes.
Para estos últimos, la dinámica ante esta crisis es a la inversa, toda vez que la búsqueda de oportunidades en el norte no es la mejor opción, buscan resguardo en nuestro país en medio de la pandemia. El paso de migrantes provenientes de México, ha sido identificado por las autoridades de salud como un gran riesgo, puesto que utilizan las mismas vías de paso de mercaderías de contrabando.
San Andrés en Petén, bajo su gran extensión territorial de selva, es un claro ejemplo del riesgo que viven los habitantes de la zona ante la enfermedad. Allí surgió el primer caso comunitario del sector, reportado por las autoridades municipales por contacto con personas provenientes de México. La normalidad de los municipios aledaños es ver comercios con productos de origen mexicano y provenientes de Belice, de igual manera ilegales, que encuentran fácil ingreso por esas rutas, ya que no hay control.
En la región suroccidental en San Marcos, uno de los departamentos donde más se concentra el contrabando, varios alcaldes de municipios aledaños han tomado medidas para denunciar de forma pública que, muchos han violado las restricciones gubernamentales. Paso de camiones, microbuses con mercaderías de contrabando circulan con dirección hacia la localidad y otros departamentos, en horario de toque de queda.
Esto incrementa grandemente el riesgo de contagio, por las personas o el producto mal manipulado para su traslado, ya que según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el virus puede sobrevivir hasta 72 horas en superficies de plástico y acero inoxidable, y 24 horas en cartón, por lo que hay peligro latente de que las personas que se dedican al contrabando pueden ser portadores del virus y este se disperse en el producto, así llega a los distribuidores y al consumidor.
El peligro se multiplica ante la negligencia con la que actúa la sociedad. Por lo que es importante fomentar la denuncia de la población y que las empresas trasladen información sobre posibles casos de contrabando.
Colaboración especial:
Coordinadora de Comisión de Defensa del Comercio Formal