Cambiar el modelo de negocio implica modificar sustancialmente las bases, lo que obliga a renovar todos o la mayoría de los procesos que se integran para crear, proporcionar y capturar valor. Para las empresas que necesitan este cambio hay diversas metodologías que ayudan a ordenar el análisis.
Resalta entre ellas la conocida propuesta de Alexander Osterwalder e Yves Pigneur quienes escribieron el libro Generación de modelos de negocio (2010). El foco de estos autores pretende ser un lenguaje común para describir, visualizar, evaluar y modificar los modelos de negocio.
Plantea nueve módulos fundamentales que podríamos resumir con estas preguntas:
¿A qué segmentos de mercado atendemos?, ¿Cuál es nuestra propuesta de valor?, ¿Qué canales de comunicación, distribución y venta utilizamos?, ¿Cómo establecemos y mantenemos las relaciones con los clientes?, ¿Cuáles son las fuentes de ingresos cuando los clientes compran nuestros productos y servicios?, ¿Cuáles son los recursos clave para proporcionar nuestros productos y servicios?, ¿Qué actividades constituyen nuestra cadena de valor?, ¿Qué alianzas estratégicas necesitamos consolidar?, y ¿Cuál es la estructura de costos del negocio?
La configuración y puesta en marcha de un nuevo modelo de negocio no es tarea fácil, presenta diferentes desafíos, obstáculos y factores de éxito. La clave está en tener el final en mente desde el principio del proceso, y adoptar la perspectiva del cliente final.
Considerando la situación actual provocada por la COVID-19, pienso que algunas empresas, no todas, necesitan un cambio profundo en su modelo de negocio. Por otro lado, están las empresas (la mayoría) que requieren un ajuste en su estrategia competitiva, lo que implica que la junta directiva y el gerente general deben definir los ejes estratégicos, que deben ser adaptados para responder apropiadamente al nuevo contexto de negocios y continuar generando valor.
La metodología CGL de Evolución Empresarial Acelerada® permite reflexionar en aquellas variables fundamentales que la organización y el negocio necesitan adecuar. Es un ejercicio de focalización para hacer más eficientes y eficaces los procesos, asignar los recursos disponibles a las actividades críticas del negocio, visualizar nuevas oportunidades y diversificar el riesgo comercial.
En suma, recomiendo a los líderes de las empresas familiares a que tomen decisiones y acciones, pues no hacer nada podría ser la peor decisión empresarial en este momento.
Carlos Luna Rivara
Socio fundador
Corporate Governance Leaders
www.cgl.com.gt