En las últimas semanas he tenido la oportunidad de participar en varios comités de crisis, por lo que aprovecho este espacio para comentar algunos aprendizajes que he adquirido al interactuar con líderes de empresas familiares.
He observado que, en estos tiempos turbulentos, la mayoría está actuando desde la responsabilidad, serenidad y visión estratégica. Están viendo las cosas con perspectiva sabiendo que pronto volverá la calma. Ganar dinero no está siendo el principal objetivo de las empresas en el corto plazo, y ello se debe a que sus lideres entienden que las organizaciones permanecen porque tienen un propósito que las conecta con la sociedad.
Todas esas ideas e iniciativas que se están generando en el seno de las Juntas Directivas y comités de crisis es una muestra clara de ese sentido de propósito que está dirigiendo la acción del gobierno corporativo.
Esos grandes líderes con los que he compartido me han enseñado que la crisis es siempre tiempo de oportunidad. Están repensando estrategias, procesos, mapas de riesgos, y todo eso que el día a día, a veces, dificulta atender. Están experimentando en la práctica las ventajas del home office. Y, principalmente, están teniendo la oportunidad de convivir más con su familia e hijos. Están teniendo la gran oportunidad de enfocar las verdaderas prioridades de la vida.
La familia empresaria constituye un complejo ecosistema donde conviven negocios (razón) y familia (emoción), que debe ser gobernado con inteligente equilibrio. De modo que es importante el gobierno corporativo, pero es fundamental que este venga acompañado del gobierno de la familia para conseguir el necesario alineamiento y el orgullo de pertenencia.
Un líder de segunda generación de una importante empresa familiar me dijo, “ahora más que nunca hay que poner foco en fortalecer los valores que nos han hecho exitosos como empresa y como familia”. Creo firmemente en la colaboración multigeneracional como base de la continuidad de la empresa familiar. El trabajo y la comunicación entre generaciones provee las mejores condiciones para robustecer el legado de la familia. La salida de esta crisis va a demandar esfuerzo y compromiso de todos. Cada empresa familiar en su sector deberá hacer una inteligente lectura de los cambios que vienen derivados de la crisis. Esas transformaciones afectarán estrategias, modelos de negocio, estructuras organizacionales, diseño de oficinas, pero también a los estilos de liderazgo. El cambio organizacional debe empezar siempre por la evolución de la mentalidad.
En donde hay familias empresarias con sólidos valores y negocios competitivos se genera empleo, riqueza y bienestar, y hay, por tanto, una sociedad mejor, más libre y con más oportunidades.
Carlos Luna Rivara
Socio fundador
Corporate Governance Leaders
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