El COVID-19 preocupa a la humanidad, pero a la vez ha dado paso a nuevas dinámicas de trabajo, unión familiar y globalización.
El mundo está atravesando una situación compleja, un hecho sin precedentes, una crisis que afecta a más de 140 países y que genera un gran número de interrogantes. A pesar de las circunstancias, vale la pena sacar lo mejor de esta situación, mantener la calma y esperar que esta crisis llegue a su final.
Pero no todo ha sido malo, la transformación digital ha encontrado cabida en muchas naciones, industrias y líderes empresariales. La cultura del teletrabajo se ha autoimpuesto y muchos están atendiendo reuniones, laborando de forma remota y analizando datos desde sus hogares. Esto deja claro que el COVID-19 ha obligado a subirse al tren de la transformación digital.
Beneficios
Se puede generar una larga lista, pero dentro de lo positivo del asunto se resalta una reducción en la tensión que generan las largas filas en el tránsito, las interminables horas para llegar a casa. Esto deriva en mayor cantidad y calidad de horas de sueño, ¿suena bien?
Esto no es lo único. Trabajar desde casa permite:
– Alimentarse mejor, sumando la oportunidad de comer junto a los seres queridos. El espacio en familia se ve beneficiado.
Sin embargo, una de las principales recomendaciones para trabajar de forma remota, efectivamente es definir los espacios para el trabajo. A pesar de esto, se está a pocos metros de la familia, a una puerta, a unos segundos.
Disciplina, autoconciencia y autorregulación
La rutina ha cambiado, esto es un hecho. Pero no es del todo negativo. Salir de la rutina favorece la salud, permite generar y explotar nuevas ideas. Esta nueva forma de vida (temporal) permite elevarse, reencontrarse y traer nuevas energías para la vida. La temporalidad de esta situación permite prepararse para volver renovados, con más fuerza y mayor optimismo a la rutina habitual.
Pero esta forma de vida requiere de mucha disciplina, autoconciencia y autorregulación. Para tomar en cuenta los aspectos a resaltar de esta compleja situación, lo primero que se debe hacer es concentrarse a lo interno, con el sí mismo.
El reconocido psicólogo Daniel Goleman menciona cinco elementos fundamentales para la gestión de las emociones:
– Autoconocimiento, autocontrol, motivación, empatía y habilidades de relacionamiento social.
Para sobrepasar esta situación es esencial autoconocerse. ¿Cuándo fue la última vez que meditó (si alguna vez lo ha hecho), desarrolló un FODA personal o pidió retroalimentación acerca de su manera de ser? Conocerse es el primer paso para sobrepasar este momento.
Al conocerse, puede regularse y motivarse a sí mismo para convivir en familia, apoyar en las tareas de casa y mantener la efectividad laboral a distancia. De esta manera, se estará siendo empático con las personas que lo rodean, física y digitalmente, y se impacta convirtiéndose en gestores de cambio.
Esta situación ha dado paso a nuevas formas de comunicación, ha potencializado el valor de las personas, ha unido a la humanidad más que nunca. Cuando la tormenta pase se podrá reflexionar y sacar conclusiones, pero definitivamente se verá al mundo con otros ojos, al trabajo con otra energía, al prójimo como parte del mismo equipo, a los gobernantes como líderes valientes y a la familia como el núcleo de todo.
Colaboración especial: Michael Finkel S. / CEO
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