No buscan ni fama ni dinero, tampoco esperan el reconocimiento. Antes fueron emprendedores y ahora aportan de una manera altruista su conocimiento para guiar proyectos al éxito.
Para quienes están inmersos en el mundo de las startups y emprendedores, la figura de los mentores forma parte del ecosistema. El nombre viene de méntor, personaje de la Odisea de Homero que era el consejero de Telémaco, y que ha llegado hasta nuestros días como sinónimo de guía, no solo de personas sino también empresas que empiezan.
Un guía puede ser fundamental para que el proyecto se desarrolle con ciertas garantías de éxito y llegue a buen término. Y esas expectativas no son gratuitas, sino que se fundamentan en que la gran mayoría de los mentores han sido emprendedores antes, con sus éxitos y sus fracasos empresariales. Y ya solo por eso tienen conocimientos, experiencia personal y visión que pueden aportar enfoques, soluciones y ayudar a crecer a los emprendedores de una manera más efectiva que si lo hicieran ellos solos.
El mentor es aquella persona que tiene experiencia en lo que un emprendedor desea conseguir con su negocio y se embarca con él en su aventura.
Características de un mentor
Esta experiencia ajena ha de servir para evitar errores y ahorrar disgustos. Sin embargo, haber sido emprendedor no es garantía de ser un buen mentor. Y es que además de conocimiento y experiencia se requiere de enfoque analítico, honestidad y sinceridad, voluntad de ayudar y generosidad.
Pero también hay otras características necesarias que han de poseer los mentores como saber escuchar, entusiasmar y convencer (en definitiva, comunicar) y tener paciencia. La empatía es fundamental también para entender qué hay más allá del proyecto empresarial y de las personas que lo lideran. También es necesario ser muy realista, pero beber de la pasión del emprendedor y saber gestionar tiempos y emociones. El mentor debe, en definitiva, aportar equilibrio.
¿Qué se espera de un mentor?
Que oriente a emprendedores en el desarrollo de un negocio en todo su proceso: desde la conceptualización del modelo, pasando por el análisis de mercado, hasta encontrar partners para el lanzamiento del producto. Y toda esa asesoría incluye sobre todo la creación de contactos y en muchos casos la captación de inversores.
Y todo esto a cambio de nada, ya que en la mayoría de los casos no hay retribución para este trabajo. Los mentores son perfiles altruistas, voluntarios del consejo y de la asesoría, cuyo objetivo es aportar valor a las empresas emergentes.
En general, este altruismo forma parte del papel. Y es que la compensación o contraprestación para los mentores, en muchos casos, pasa simplemente por la satisfacción personal. Otros quieren devolver el favor que les hicieron a ellos, un homenaje a la Ley del Karma.
Así pues, los mentores ni siquiera aspiran al reconocimiento social como contraprestación. El mejor reconocimiento es el éxito de los proyectos empresariales que mentorizan. Ser mentor es un honor y una responsabilidad.
Marcar límites también es importante. No es un servicio de barra libre ilimitado sino un trabajo de alto impacto en los emprendedores.
Otro aspecto a evitar es la confusión de un mentor con un business coach. Esta última figura está durante un tiempo concreto, y de forma regular, con una empresa para ayudarle a montar el modelo de negocio. Un mentor hace el trabajo de forma más puntual y con recomendaciones concretas de temas concretos.
Algo que ayudaría mucho, es que los programas de las incubadoras y aceleradoras explicaran mejor a las nuevas empresas cómo utilizar a un mentor para reducir el tiempo que se gasta tratando de encontrar la manera de trabajar juntos, y poder aprovecharlo más para resolver problemas concretos.
Y quizás lo más básico: aclarar las diferencias entre mentor, consultor, advisory board, consejo de administración, intermediario, business coaches… porque en la palabra mentor entran muchas cosas, demasiadas. El mentor hace las funciones de la figura de la persona de referencia que todos tenemos: alguien en quien puede confiar, que dice pocas cosas, pero claras, contundentes, con sentido y enfocadas a la solución.