GuateÍntegra – Integridad el activo más valioso

Un estudio reciente en la región de Ernst and Young (EY), Encuesta global sobre integridad en los negocios 2018, da cuenta que 1 de 5 colaboradores de empresas de menos de 35 años tienden a justificar la corrupción para alcanzar sus objetivos financieros. En contraste para 2025, el 75% de los trabajadores del mundo serán millennial, en un entorno empresarial acelerado y competitivo que somete a mayor presión a los jóvenes profesionales, y surge la pregunta:

¿Cómo se está preparando a los jóvenes y todos los colaboradores de una empresa para tomar decisiones éticas y actuar de manera íntegra en sus profesiones y trabajos?

El proceso de aprendizaje en este ámbito solo se logra a través del entrenamiento, porque nadie va a enseñar a tomar decisiones. Existen demasiadas variables a tomar en cuenta:

Las políticas internas, gobierno corporativo, código de ética y conducta, valores institucionales y procedimientos, son parte esencial para transmitir las expectativas del actuar de sus colaboradores.

Sin embargo, existe un factor clave para que exista un ecosistema de integridad:

Compromiso y liderazgo ético al más alto nivel.

Un líder se enfrentará constantemente a serios dilemas ante la toma de decisiones y debe tener claro que privilegiarán el prestigio a largo plazo sobre otros aspectos como la inmediatez en el cumplimiento de las metas financieras. Esa es una tarea compartida y deberá ser transmitida y permeada por los líderes a toda la organización.

Para alcanzar esta meta es importante que se mejoren y ejerciten las habilidades directivas, lo cual se logra practicando escenarios y situaciones concretas, que permiten ser parte de este entrenamiento. Existe un esquema de toma de decisiones, que puede ser utilizando como una guía en cada escenario de liderazgo ético:

  • Paso 1: definir el problema, simplificándolo de tal forma que sea fácil de comprender y comunicar.
  • Paso 2: conocer criterios económicos, sociales y éticos.
  • Paso 3: identificar alternativas y evaluar las opciones.
  • Paso 4: llegar a una decisión.
  • Paso 5: generar el plan de acción.
  • Paso 6: generar aprendizaje en una toma de decisiones.

Este proceso permite desarrollar habilidades en la toma de decisiones, en cada identificación de problema o cada caso.

Encargarse de canalizar los valores de una organización y diseñar un programa que permita permear a todo nivel es una tarea crucial. Pero es importante que se mantenga un monitoreo constantemente de cómo se está cuidando el activo más valioso: la integridad, como una regla y no una excepción en las decisiones de negocio.

El contenido de Industria&Negocios no necesariamente representa la opinión de Cámara de Industria de Guatemala; cada artículo es responsabilidad de sus autores.

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