Colaboración especial: Olinda Salguero
Secretaría General del SICA / jefe de gabinete
Para bien o para mal, tanto en lo nacional como en lo regional, estamos condenados a vivir juntos. Es mejor encontrar un modelo de desarrollo sostenible que brinde resultados para la mayoría.
Cuando me invitaron a escribir este artículo, inmediatamente respondí: -Por supuesto, creo que el rol del sector privado tanto en el desarrollo nacional como regional es fundamental. Pensé en la experiencia que he tenido en relación al sector privado, primero como parte de él, luego desde la sociedad civil y ahora mismo desde el espacio institucional de integración regional.
En una sociedad polarizada y tan ideologizada, aunque lo niegue, es común encontrarse con argumentos económicos de la tendencia liberal que dicen que los empresarios tienen el deber de generar utilidades, empleos y hacer cumplir la ley.
Quienes se decantan por una visión más estatista, llegan incluso, a afirmar que las empresas benefician realmente a muy pocos y por eso deben involucrarse más, para una distribución equitativa de la riqueza, representada en bienes y servicios.
A estas alturas del partido, me gustaría pensar que la mayoría estamos de acuerdo con la afirmación de Konrad Adenauer, quien con mucha sabiduría expresó: “Tanto mercado como sea posible, tanto Estado como sea necesario”.
Somos dos grandes tribus, consumidores y ciudadanos. Preocuparnos por la realidad de Guatemala y de Centroamérica, es algo que nos compete a todos.
En una sociedad que enfrenta tantos problemas, vivir bien no es garantía de poder tener paz. En el fondo, todos nos convertimos en prisioneros de la pobreza.
Si usted vive en una linda casa, pero a sus vecinos no les va tan bien y tienen que ver qué hacer para sobrevivir ¿Tendrá acaso que convertir su casa en una especie de cárcel, con medidas de seguridad?, bueno de hecho es lo que todos hemos tenido que hacer. ¿No es así?
MODELO ECONÓMICO
Si la mayoría de gente no recibe resultados con el modelo económico que se tiene en el país o la región, es probable que la inestabilidad política se haga presente, que esa frustración colectiva se manifieste de muchas formas y, para quienes piensan que el uso de la fuerza es una garantía para mantener el “orden”, está demostrado que esa posibilidad es cada vez más difícil y no es sostenible.
Hay una obligación pública implícita en el modelo de vida aceptable para toda la población. Si la gente no recibe estos beneficios, es comprensible que quieran cambiar el modelo por cualquier otro.
Es necesario que los empresarios estén cada vez más preocupados por la realidad nacional y regional, por el bien común. Si no existe bienestar común, ni las empresas ni los estilos de vida podrán ser sostenibles en el largo plazo.
Cada vez veo a más empresarios y empresarias que se preocupan por los problemas nacionales. No podemos ser islas de bienestar en un país en el que los niños están condenados a la desnutrición crónica, en el que la pobreza se profundiza, un país que ve partir cada día a gente valiente y valiosa en la búsqueda del sueño americano. Una región en la que la violencia contra la mujer es una pandemia, un país y una región que sufre tantos males, económicos, políticos, sociales y ambientales, que no son únicamente responsabilidad de los gobiernos.
Nos compete a todos preocuparnos y ocuparnos de la realidad nacional y de la regional. Menciono el contexto centroamericano, porque es nuestro espacio más próximo y, por diversas razones estratégicas como las economías a escala, la seguridad regional, la infraestructura y muchos otros, para nuestros países la integración regional no es un capricho, sino una necesidad.
RELEVANCIA GEOPOLÍTICA
Juntos en el marco del Sistema de Integración Centroamericana (SICA), somos ya ocho países: Guatemala, Belice, El Salvador, Honduras, Nicaragua, Costa Rica, Panamá y República Dominicana, eso nos da una mayor relevancia geopolítica. Juntos somos más de 57 millones de habitantes, con un bono demográfico por debajo de los 30 años que durará hasta 2045.
La economía de la región es la cuarta en Latinoamérica, por encima incluso que la chilena. No es poca cosa que nuestro segundo mercado en importancia, después de Estados Unidos, sea la propia región centroamericana. El comercio intrarregional representa el 33%.Tenemos muchas más posibilidades de éxito y somos más fuertes juntos. Así debemos enfrentar nuestros desafíos de forma cooperativa e integrada.
Es fundamental que el sector privado se involucre cada vez más, para que podamos juntos construir una región de oportunidades. Para bien o para mal, tanto en lo nacional como en lo regional, estamos condenados a vivir juntos, es mejor si encontramos un modelo de desarrollo sostenible que brinde resultados para la mayoría. Que nos permita tender puentes de empatía y entendimiento, además de construir el país y la región que soñamos.
En este sentido la integración regional es un instrumento estratégico para el desarrollo y modernización de Centroamérica.
Colaboración especial:
Olinda Salguero Secretaría General del SICA
Jefa de gabinete