El síndrome de Coriolano
La obra de Plutarco “Vidas paralelas de nobles griegos y romanos”, describe, entre otras, la de Cayo Coriolano, quien fue un famoso general de Roma del siglo V a.C. Su madre le había preparado para ser un gran guerrero. Dirigió a sus legiones contra los volscos, tribu enemiga a la que derrotó con gran valentía, ganando el apoyo del Senado. Se iniciaba entonces un periodo de relativa democratización. La influencia de los plebeyos aumentaba y debía ser tenida en cuenta en las decisiones del Senado.Pero Coriolano se opuso abiertamente a las demandas democráticas y se creó muchos enemigos.
Terminó siendo desterrado.
A comienzos del siglo XXI, el accionista controlador y presidente de una compañía familiar convirtió a la empresa en líder de su sector durante los veinte años de su gestión. Su liderazgo era autoritario. El equipo se sometía a él, pues era el dueño de la empresa. Su liderazgo era eficiente, pero áspero y con pobre manejo humano. Con el tiempo, el mercado cambió y las competencias que se requerían del líder fueron otras. Ahora era indispensable mayor cercanía y sensibilidad al cliente y al servicio. Todo ello implicaba un estilo de liderazgo participativo y abierto. Pero el líder no cambió e insistía en el rudo estilo que le había llevado al éxito. Finalmente, por cuestiones de salud y tras un enorme costo competitivo para la empresa y para su familia, el líder fue sustituido por un profesional no familiar, preparado y formado para la realidad actual. Se instituyó una junta directiva que dirigía al nuevo gerente.
El Síndrome de Coriolano es un manual que sintetiza lo que no debe hacer un líder de empresa: creerse en posesión de la verdad, no escuchar la opinión de otros, no adaptarse a nuevas realidades y al cambio, no adoptar buenas prácticas de gobierno corporativo, no gestionar e incentivar al talento humano, y no atender al cliente como un verdadero rey. ¡Es la fórmula para el fracaso!