La tecnología de la neumática es actualmente cada vez más importante, pues su utilización en el desarrollo de aplicaciones automatizadas va en constante crecimiento.
Esto se debe a que el aire es un recurso ilimitado que genera muchas ventajas para su aplicación en la industria, es considerado energía limpia y no explosiva, ya que no trabaja con gas. Además no daña los componentes y se puede trabajar a velocidades bastantes altas regulándolas bastante fácil.
El aire comprimido debe ser acondicionado o tratado para disminuir desgastes en los elementos de trabajo por suciedad y agua condensada. Las impurezas más frecuentes en un sistema neumático son partículas sólidas (provenientes de desgastes metálicos, desprendimientos de óxido en cañerías o polvo atmosférico), aceite (proveniente del compresor) y agua (se forma por condensación de la humedad).
Si dichas impurezas son arrastradas por el flujo de aire llegan a los puntos de consumo y pueden provocar atascamientos de válvulas, oxidación de partes internas, desgastes de partes móviles, obturación de orificios y errores en instrumentos de medición.
La recomendación para que la calidad del aire este certificada según ISO 8573-1 es que debe contener como mínimo: separador de condensados (tanque), purgador o drenado, pre-filtro coalescente, secador de aire y un pos-filtro coalescente.