Salarios diferenciados: Solución práctica a un problema serio

En las últimas semanas ha estado en el medio el tema de salarios diferenciados para cuatro comunidades en el interior del país: San Agustín Acasaguastlán y Guastatoya, en el Progreso; Estanzuela en Zacapa y Masagua en Escuintla. Estas cuatro áreas tienen una alta tasa de desempleo e ingresos “reales” muy por debajo del salario mínimo. En el caso de San Agustín Acasaguastlán el salario real está cerca de los Q500, muy por debajo del salario mínimo para el 2015 de Q2,644.40.

Luego de ver estos números y otras cifras que han aparecido en los medios uno pensaría que esta iniciativa fue aprobada y respaldada por todos los sectores, en especial aquellos que abogan por mejores ingresos en el interior. Sin embargo hemos visto una oposición de parte de columnistas, intelectuales y de la Procuraduría de Derechos Humanos con el argumento que estos sueldos no son suficientes para vivir y que este salario mínimo solo beneficia a los empresarios ya que obtendrán mano de obra barata.

Yo me pregunto, ¿acaso los sueldos reales que los trabajadores actualmente perciben son suficientes? ¿Qué salario más bajo que el que no se tiene? ¿Por qué no darles la oportunidad a las personas de estas comunidades que tengan acceso a la seguridad social? Preguntas muy básicas que no han sido respondidas por los opositores de esta iniciativa.

Ciertamente las empresas que se instalen en estas comunidades obtendrán el beneficio de contar con un salario mínimo más bajo. Sin embargo mano de obra es solamente un componente de la estructura de costos de una empresa. Instalarse en estas comunidades también representa un alto costo y riesgo para las empresas. Costos que van desde la capacitación de los trabajadores, costos logísticos por la falta de infraestructura en estos lugares, y el riesgo de no contar con un fluido eléctrico regular, entre otros.

Por lo tanto no cualquier empresa puede darse el lujo de instalarse en estos municipios, tienen que ser empresas en las cuales el costo de mano de obra sea un factor importante (por lo menos un 20% del costo total). Esto garantiza que las industrias que instalen su operación en estos municipios serán demandantes de mucha mano de obra lo que llevará a más trabajos. De esta forma será una relación de ganar/ganar entre las comunidades y las empresas.

Si queremos llevar desarrollo a todo el país tenemos que pensar en términos prácticos y actuar de forma diferente. Esta propuesta rompió el paradigma del salario mínimo teórico y se pensó en términos prácticos. Por eso como gremio, sector y país tenemos que apoyarla. Solamente con inversión y capital podremos salir de la pobreza. Aún hay un camino largo por recorrer pero hemos dado un paso muy importante.

Juan Carlos Tefel
Director de Junta Directiva de CIG / Gerente General de Fogel

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