Jennifer Menegazzo, una joven estudiante universitaria,nunca pensó que el regalo que diseñó para su novio, pronto se convertiría en una brillante oportunidad para emprender un negocio propio.En 2012 obsequió a Diego una corbata elaborada con telasy colores típicos, sin saber que esta prenda sería la envidia de muchos amigos y allegados familiares,quienes al verla empezaron a preguntar sobre la marca y los lugares de venta.Fue ahí cuando Jennifer,estudiante del último semestre de la carrera de Diseño Gráfico en la Universidad Rafael Landívar,descubrió que las corbatastípicas con diseños modernos y el regalo les devolvió un negocio colores atractivos eran un potencialnicho de mercado local e internacional.Para iniciar la aventura,ambos participaron en una feriade artesanías organizada el 15de septiembre de 2012 en Paseo Cayalá. La respuesta seguíasiendo atractiva pues lograronla venta de unas 40 prendas.“Después empezamos a el aborarmás corbatas y a buscar másdiseños”, recuerda Jennifer.Con el pasar de los días elobsequio de Jennifer a Diego se hacía más popular y los pedidos se multiplicaban. Así queno había tiempo que perderpues la oportunidad había que aprovecharla.
De inmediato, Jennifer y Diego no titubearon. Se pusieronmanos a la obra e iniciaronlos trámites para lainscripción de la empresa yel patentado de la marca Kor-Báta. Un año después tienendiez puntos de venta en la capitaly siete en otras ciudadesdepartamentales incluyendoLa Antigua Guatemala, Quetzaltenangoy Tikal, Petén.Han lanzado tres coleccionesy, en octubre del presenteaño, saldrá la número cuatro.Entre sus novedades destacanlas corbatas sin punta (cuadradas)en el extremo y otrasconfeccionadas con seda típica,aún no conocidas en Guatemala.“Que todo hombre, encualquier parte del mundo,tenga una corbata en su closet”,es el eslogan con el quepromocionan estas atractivasconfecciones surgidas del ingenioy detalles de la pareja deemprendedores.También han iniciado avenderla en otros países. Hanexportado a España, Inglaterra,Italia, Canadá y, próximamentea Panamá. En total, yahan sido vendidas en el exterior,cerca de dos mil unidadespero los pedidos van enaumento, reconoce la jovenemprendedora.Los precios difieren depaís en país. En Guatemala elcosto de cada corbata es deQ135 y los corbatines, Q95.En España e Italia, cuestan alrededor de 30 euros, mientrasque en Londres, Inglaterra,pueden costar entre 23 y24 libras esterlinas. En Panamáse cotizarán en alrededorde US$20.Manos marquensesJennifer y Diego se proveende manos marquenses.Familias de aquel departamentotejan las telas típicasy los colores que ambos diseñan.Posteriormente la traena la capital a un taller dondeotro grupo familiar se encargade la costura. Trabajan unasseis personas en este últimoproceso, explica Jennifer.