Cuando una persona o familia en particular se endeuda para comprar una vivienda, para abrir un pequeño negocio o para atender una emergencia, seguramente existe un beneficio y un resultado plausible derivado de ese esfuerzo.
Pero cuando un país como Guatemala anuncia la emisión de bonos del tesoro por una suma exorbitante (Q3 mil 500 millones) para cancelar supuestos compromisos heredados de Gobiernos anteriores y que, en ningún momento fueron justificados y registrados oportunamente en el presupuesto de gastos del Estado, difícilmente la población apoyará semejante iniciativa. Es un tema más que delicado, tomando en cuenta las condiciones actuales de las finanzas públicas.
Estamos de acuerdo con que el Estado debe honrar las deudas adquiridas, pero no aprobamos que se haga acudiendo a la vía más fácil: colocando bonos y emitiendo más deuda, mecanismo que únicamente vendrá a poner en aprietos la endeble estabilidad macroeconómica del país y, por lo tanto, a impactar en la economía de miles de hogares guatemaltecos.
Sin embargo, estamos conscientes de que el Ejecutivo seguirá haciendo su mejor esfuerzo para que estos bonos sean aprobados en el Congreso, por lo que nosotros planteamos varias nebulosas preguntas que es necesario aclarar.
• Por un lado se menciona que la totalidad de los bonos será para pagar la deuda, pero por otro se comenta que únicamente dos mil millones de quetzales serán destinados para este fin, y mil quinientos millones para “futuras inversiones en infraestructura”. Esta es una primera incógnita que hay que tener despejada de una manera clara y transparente.
• La Junta Monetaria (JM) generó un dictamen con ciertas recomendaciones acerca de los parámetros sobre los que podrían aprobarse los bonos para no comprometer la macroeconomía del país. Es importante darle seguimiento a esto para que, de llegar al Congreso, se cumpla con la recomendación técnica de la JM.
• Antes de cualquier intento de aprobación es necesario que el Ministerio de Finanzas Públicas dé a conocer cuáles serán los espacios presupuestarios del ejercicio fiscal 2014 que destinará para empezar a saldar la deuda a ser adquirida por el Estado; recursos sanos provenientes de la recaudación de impuestos. En este caso, reiteramos que el combate a la evasión fiscal, el contrabando y la defraudación aduanera así como la ampliación de la base de contribuyentes y la eficiencia en el gasto público, es la vía para incrementar la recaudación.
• Pero como en nuestra bella Guatemala todo puede suceder, de ser aprobada por el Congreso la emisión de bonos, es imperativo:
› Que no existan sorpresas; las recomendaciones técnicas de la JM deben ser tomadas en cuenta. Existe un límite de endeudamiento a través de los bonos; no debe aprobarse más préstamos y tampoco se nos debe hacer creer que se hará una reducción del presupuesto pues, por otro lado, se ampliará el mismo para el próximo año.
› Dejar definidos mecanismos y compromisos para no permitir nuevamente este tipo de deudas y así evitar que ante un futuro Gobierno estemos de nuevo abordando esta problemática.
Hoy, entre deuda interna y externa, el país tiene un saldo de más de Q100 mil millones y, para mantenerla al día, al año hay que destinar alrededor de Q9 mil millones en pago intereses y amortizaciones.
La aprobación de los bonos desembocaría en un alza de precios y aumento en las tasas de interés para créditos bancarios, entre otros problemas.
Como representantes del sector industrial, Cámara de Industria hace un llamado urgente al Gobierno y al Congreso de la República para que mediten fríamente antes de darle vía libre a estos bonos, que únicamente continuarán endeudando a las futuras generaciones.