Altos precios eléctricos implican que los procesos de transformación intensivos se generen a altos costos. Ello ocasiona que las industrias exportadoras pierdan competitividad frente a otros países.
Es poco probable. El precio del kilovatio/hora en Guatemala puede llegar a ser 264 por ciento más alto que en Vietnam; 198 por ciento mayor al de la zona costera de China e, incluso, 142 por ciento mayor al de Honduras. De hecho, en reciente visita, el experto en mercados energéticos, doctor Daniel Llarens mencionó que el precio del kilovatio presentado en la última licitación era fácilmente 50 por ciento más alto al de licitaciones recientes en Perú, Colombia y Brasil.
¿Por qué se dificulta la industrialización? Altos precios eléctricos implican que los procesos de transformación intensivos se generen a altos costos. Ello ocasiona que las industrias exportadoras pierdan competitividad frente a otros países. Pero tampoco la industria orientada al mercado local está en buena condición. Si bien estas empresas tienen una “mayor tranquilidad” frente a la competencia internacional (por los altos costos de transporte marítimo, cierto nivel de protección arancelaria y la mayor capacidad de incrementar precios), no puede ignorarse que sus márgenes de ganancias se reducen.
Uno podría detectar tres potenciales causas para este comportamiento. 1) Guatemala muestra una elevada demanda para la oferta; 2) el país tiene una oferta de electricidad que no logra responder tan bien al elevado precio; y/o, 3) cuenta con instituciones que no facilitan la generación de un menor precio. La reciente auditoría al Mercado Mayorista (MM) parece apuntar más a los últimos dos factores. No ahondaré en todos los elementos pues el documento puede leerse de manera gratuita en el sitio de la Comisión Nacional de Energía Eléctrica (www.cnee.gob.gt). En todo caso, reproduzco cuatro de los señalamientos de esa auditoría, que podríamos vincular con los altos precios de la energía y que debiéramos discutir como sociedad.
Se observan índices de concentración de mercado. Esto podría estar dando lugar a actitudes tipo oligopólicas que afectan el normal funcionamiento del MM.
Se registran variaciones en costos de producción de las unidades de generación térmica que no acompañan los cambios de precios de combustible en los mercados internacionales. Esto puede justificarse, en principio, por un acopio de derivados del petróleo que hubiesen realizado los participantes productores, adquiridos a precios diferentes a los vigentes en cada momento. Sin embargo, debido a que en el AMM (Administrador del Mercado Mayorista) no se tiene un control de stock ni se hace un estudio de costos de generación referenciales, no se puede garantizar que no existan actitudes no competitivas por parte de algún participante que estuviese incrementando el costo y abastecimiento.
Se aprecia que la determinación del POE (Precio de Oportunidad de la Energía) podría estar siendo realizada en forma incorrecta pues en muchas oportunidades puede quedar determinado por un “valor del agua”, fijado por el AMM que no tiene relación con el estado de llenado de los embalses.
Se registran bajos valores de energía intercambiada con países vecinos. Esto podría estar mostrando la existencia de barreras de tipo regulatorias que deberían de ser eventualmente removidas para fomentar la competencia en el MM.
¿Por qué? Estos problemas están vinculados con la normativa, la cual hace que este mercado sea muy distinto: En lugar de funcionar con base a precios, opera en base a costos y disponibilidad, para lo cual se requiere un regulador fuerte. La pregunta empieza a ser si tendremos la capacidad de mejorar el sistema actual, o si lo mejor sería liberar completamente el mercado y eliminar al regulador que, pareciera más bien, ayudar a la estructura oligopólica que promover la competitividad de la industria nacional.