El acuerdo comercial con el país sudamericano se sumará a otros diez que Guatemala ha negociado. El sector industrial había sugerido a las autoridades no continuar más negociaciones sino aprovechar los TLC’s vigentes.
Las negociaciones del Tratado de Libre Comercio con Perú prácticamente se han cerrado. Al 13 de junio los únicos temas pendientes giraban en torno al trato comercial que tendrían los productos plásticos y licores. Por lo demás, según la jefa de negociaciones, Sonia Lainfiesta, la nueva normativa que regirá el comercio con el país sudamericano había concluido. Tanto Lainfiesta como el ministro de Economía, Luis Velásquez, aseguraron que fueron atendidas las propuestas emanadas del sector industrial guatemalteco. Las demandas de exclusión o de plazos más largos de desgravación (15 años) solicitadas por el sector privado se consiguieron, aseguró Lainfiesta. “Todo se negoció de común acuerdo, atendiendo las propuestas del sector privado”, afirmó la funcionaria.
Previo a la última ronda de negociaciones, el ministro de Economía se reunió con socios de Cámara de Industria de Guatemala (CIG) y gremiales adscritas a la institución. Velásquez dijo que todas las propuestas emanadas del sector industrial se tomarían en cuenta para no poner en riesgo muchas industrias nacionales al momento de la apertura comercial con Perú.
Acuerdos y desacuerdos
En la última ronda de negociaciones, las autoridades aseguraron que se llegó a un acuerdo para que el país pueda exportar a Perú el 97 por ciento de sus partidas arancelarias o unos cinco mil productos. Muchos, libre de aranceles y, otros, con cortos plazos de desgravación por parte de Perú. Según Lainfiesta, la mayoría de bienes (80 por ciento de las partidas), tendrá acceso inmediato al mercado peruano, libre de impuestos. A su vez, aseguró el resto tendrá plazos de desgravación desde cinco años hasta un máximo de 15.
Los productos que tendrán acceso preferencial son los del sector textil, confección, refrigeradores, dulces, chocolates, pinturas, jabones, medicamentos, cosméticos, frutas, hortalizas, conservas y caucho, expuso. El Ministerio de Economía habría recibió 17 solicitudes de sectores productivos que manifestaron interés de exportar a Perú y pedían una desgravación arancelaria acelerada para lograr una mayor competitividad. Aclaró que el azúcar y café quedaron totalmente fuera de las negociaciones.
Al cierre de esta edición, las autoridades comerciales de ambos países negociaban el trato que tendrán los artículos de plástico y licores. En el caso de plásticos, Guatemala de diferentes mercados, productos por unos US$600 millones y exporta unos US$200 millones.
Balance favorable
La balanza comercial con Perú es ligeramente favorable a Guatemala. El año pasado las exportaciones al país sudamericano sumaron US$79.8 millones. En ese mismo año, las importaciones alcanzaron lo US$67.4 millones, según el Banco de Guatemala.
Los principales productos de exportación son azúcar y caucho natural, mientras que las importaciones desde Perú se concentran en plásticos, neumáticos, pinturas y derivados de petróleo.
Varias propuestas se tomaron en cuenta para evitar poner en riesgo la industria guatemalteca.
Antes de la quinta ronda de negociaciones, el ministro de Economía y su equipo negociador, se reunió con socios y gremiales de CIG. El funcionario prometió que aceptaría las propuestas de todos los sectores.
Propuesta de CIG
En la última reunión con el ministro de Economía, Luis Velásquez, CIG reiteró que en las negociaciones debían respetarse las sensibilidades de ciertos productos. Además, se propuso al funcionario que no se debía obligara algunos sectores a participar en las negociaciones que no son de su interés.
Los sectores que el sector industrial guatemalteco consideró como sensibles son la metalurgia, pollo (excepto embutidos), huevos, pastas, galletas, plásticos, harinas, embutidos, bebidas alcohólicas y no alcohólicas, sopas, refrescos en polvo, alimentos para animales, agroquímicos, papel y cartón, calzado y vidrio. Asimismo, CIG ha reiterado su posición al Ministerio de Economía de no continuar negociando tratados de libre comercio sino aprovechar los existentes.
También, CIG manifestó su preocupación porque las autoridades sacaron de exclusión productos sensibles sin consultar al sector privado, como la loza sanitaria, la cual fue colocada en un plazo de desgravación de 10 años.
Lainfiesta aseguró a Industria y Negocios que todas las sensibilidades propuestas por el sector industrial fueron atendidas. “Si no hubiera sido así, no hubiéramos negociado”, afirmó la funcionaria. Reiteró que los únicos temas pendientes son los relacionados al trato que se le dará a los plásticos y licores.