Al parecer, al cuerpo técnico del Banco de Guatemala y a seis de los miembros de la Junta Monetaria, poco les interesa el crecimiento económico del país y sus consecuencias.
POR MIGUEL GUTIÉRREZ / CABI
Hoy, los países en el mundo se dividen en dos: los que crecen económicamente entre siete y nueve por ciento anual y los que crecen mediocremente por debajo de tres por ciento, como Guatemala. Las medidas de política son diferentes para ambos casos. Los países que crecen mucho tienen que ser prudentes, con la inflación y el crecimiento que puede recalentar la economía, razón por la cual necesitan cierto freno. Los países como Paraguay, que no pueden crecer a nueve por ciento durante mucho tiempo como ahora. Pero para el caso de los países mediocres, que no supieron manejar la crisis de forma optima aún se encuentran con una recuperación incompleta y creciendo por debajo del tres por ciento. Y, como dice el capítulo 12 de Introducción a la Economía Internacional de Krugman o el del capítulo 14 de Introducción a la Macroeconomía de Felipe Larraín, (textos que llevan los estudiantes de primer ingreso de economía), deben de mantener una política monetaria relativamente laxa y con tasas de intereses bajas ya que con una economía creciendo tan poco no hay presiones inflacionarias; hay que validar una recuperación completa.
Sin embargo, se ha visto cómo la autoridad monetaria guatemalteca, a pesar de la crisis y una recuperación incompleta, mantiene las tasas de interés altas y ahora la suben. Todo el mundo pregunta ¿Por qué? Si subir las tasas reduce aun más la liquidez que ha caído durante los últimos dos meses y no se ha reactivado el crédito. También se mantiene un tipo de cambio bajo que afecta a toda la economía que compite contra las importaciones de México, Costa Rica y Estados Unidos. ¿Por qué enfriar una economía que esta fría?
Al parecer, al cuerpo técnico del Banco de Guatemala y a seis de los miembros de la Junta Monetaria poco les interesa el crecimiento económico del país y sus consecuencias. Los representantes de la banca pues para recibir mejores réditos de una nociva colocación de deuda pública a mejor tasa, los viceministros de Agricultura y Finanzas Públicas porque no tienen la menor idea de lo que están haciendo en tan importante cuerpo colegiado. El representante del Congreso de la República, que no es economista pero tiene plena conciencia y conocimiento como ex banquero central que ha sido, tal vez en un esfuerzo de congraciarse con la banca privada, el representante de Universidad de San Carlos, tal vez el hecho de mantener la consistente línea del vergonzoso papel que han tenido durante los últimos diez años, como niño no nato que ha ingerido el líquido amniótico y nace con retraso mental y, finalmente, las autoridades y el cuerpo técnico del banco central que ya no tienen idea de cómo ser más servirle con la banca a pesar de que ello signifique colocarle las manos al cuello al aparato productivo, ya que a quién le importa si ello genera más pobreza, se recortan empleos y no crecemos.
La Junta Monetaria ha confirmado que no escapa a la realidad de un país bananero con instituciones sin dirección que lleven al desarrollo al país. Hoy, este órgano colegiado, ha puesto su granito de arena en hacer de Guatemala una “Banana Republic again”.