La falta de representatividad está creando grupos de desorden y anarquía.
POR HUMBERTO PRETI JORQUIN
Las acciones de las organizaciones campesinas, rurales, sociales o como se les quiera llamar al CUC, CNOC, CODECA y toda la sopa de letras a que ya estamos acostumbrados, van en la línea de paralizar la economía.
Las exigencias de los grupos son de diferente índole, desde no pagar la luz eléctrica hasta las leyes relacionadas con el despojo de la propiedad privada, bautizado con el nombre de reforma agraria, la cual está solapada en leyes como la de Desarrollo Rural, que fue manoseada después de su versión original.
Ahora que se acerca un nuevo período electoral estos grupos deberían demostrar su poder político llevando una propuesta de plan de Gobierno y nombrar a un candidato presidencial para demostrar si verdaderamente sus iniciativas son resultado de una necesidad de las mayorías o solo son las necedades de un grupo de dirigentes que manipula a grupitos que hacen bloqueos y lógicamente causan daños a todo el país.
El problema de los grupos de izquierda es que sus líderes no atraen hormigas ni untándolos de miel y se ha demostrado en las elecciones en las que han participado URNG, WINAQ y ANN. Lo más que han logrado son algunos escaños en el Congreso, que jamás los hubiesen conseguido si no fuera por el famoso listado nacional.
Las alcaldías no las tomamos en cuenta pues ya sabemos que en los pueblos la mayor parte son electos por la persona y no por su ideología. La guerrilla utilizo técnicas similares durante el conflicto y solo ellos creyeron que al participar en la palestra política tendrían el apoyo incondicional del pueblo, pero ¡Oh, sorpresa!, en los lugares donde creyeron tener más apoyo, donde supuestamente hubo masacres, perdieron estrepitosamente y, ahora, su anticipación política es con la venia gubernamental, colocándose en puestos estratégicos para la seguridad nacional y así permitir, sin obstáculos, los desórdenes. Las acciones están perfectamente orquestadas; por un lado, los maestros, por otro, los de la CODECA, por otro los anti minería e hidroeléctricas. No darse cuenta del complot es de ciegos a menos que se sea parte de él.
Los líderes de las organizaciones campesinas están seguros de sus escasas posibilidades en las urnas y es por ello que creen que sus propósitos los van alcanzar por medio de tácticas desestabilizadoras y violando los derechos humanos de los ciudadanos que se dedican a producir y que no andan denunciando cuanto hecho les afecta local e internacionalmente, pues definitivamente no tienen el apoyo de embajadas europeas que están financiando continuamente a los nuevos insurrectos como lo hicieron en tiempo del conflicto armado.La ofensiva es clara, las actividades productivas en general son objeto de ataques. Algunos de ellos muy violentos que han causado pérdidas millonarias, sin que las autoridades actúen con contundencia. Fiscales y jueces, policía y ejército miran con pasividad las acciones que son parte importante de los causales de la poca inversión y del desempleo.
¿Cuántas personas movilizan estos grupos? Hemos visto en los bloqueos que han hecho en El Zarco no más de 200 y, en Cuatro Caminos, a lo sumo 400. Así fueran cinco mil, siempre sería una mínima parte de la población. ¿Es posible que estos grupitos no puedan ser neutralizados? Por supuesto que sí, si existiese la voluntad política; pero no la hay, hay demasiado interesado en el Gobierno para que las cosas sigan así.
Realmente no sabemos a dónde van a ir a parar estos dirigentes, con qué partido se aliarán, o por quién le recomendarán votar a sus grupúsculos, pero la realidad es que su peso político es mínimo, pero el daño que causan es mayúsculo y si no se les detiene , será mayor. Los partidos deben evaluar el verdadero potencial de estos bochincheros y no dejarse engañar. Por supuesto ello les dará cifras de millones a cambio de cuotas de poder, espero que no les miren… la cara. ¿Los partidos deben elegir para ganar mayorías o minorías?