César García, analista y presidente de la firma Certeza Consulting, advierte sobre la gravedad de endeudar al país para gastar y no para invertir en prioridades como salud, educación y seguridad.
La deuda pública de Guatemala está llegando a niveles críticos si se compara con los ingresos tributarios. ¿Cómo califica ese nivel?
Lo califico de grave e irresponsable, no necesariamente por el monto sino por el destino. Las razones matemáticas son irrelevantes. Lo que es responsable señalar es que hoy cada guatemalteco debe US$758 (Q6 mil 64) y cada niño nace debiendo eso, pero ello, aunque represente casi el doble que hace una década, no se ha traducido en avances sobre los graves rezagos de desarrollo humano que tienen al país a la zaga del mundo civilizado
¿Las razones de la deuda tampoco tienen justificación?
Así es. Guatemala se endeuda principalmente para gastar, no para invertir en capital humano, en infraestructura o en seguridad, con lo cual se atraería inversión. El Gobierno actúa, en relación a su gasto y endeudamiento, como lo haría un adicto manejando la chequera de su padre trabajador. En este caso, el padre trabajador somos los contribuyentes y, el adicto, los gestores de la cosa pública.
¿Tampoco la población percibe beneficios como para que el Gobierno pretenda más impuestos?
Eso está más que claro: somos, como ciudad de Guatemala, la quinta ciudad más insegura del mundo, solo nos “superan” Ciudad Juárez (México), San Pedro Sula (Honduras), San Salvador (El Salvador) y Caracas (Venezuela). La salud pública sigue siendo un caos. Pero el problema más grave que tenemos es que más de la mitad de nuestros niños padecen desnutrición crónica y ante esa desgracia no se puede hablar de competitividad, en virtud de que tenemos lisiados los cerebros de la mitad de nuestros niños y jóvenes. Solamente Afganistán y Yemen están peor que nosotros en ese indicador.
“Lo que es responsable señalar es que hoy cada guatemalteco debe US$758 (Q6 mil 64) y cada niño nace debiendo eso”.
¿Cree que se justifica una reforma fiscal, como lo ha pretendido el Gobierno, a pesar de la falta de transparencia y mala calidad en el gasto?
Hemos escuchado desde siempre, no solo con este Gobierno, que hay grandes evasores, todos los que tributamos esperamos que los encarcelen pero nadie lo hace. Lo único que cada Gobierno quiere hacer es que quienes pagamos impuestos, paguemos más y eso es perverso porque la mayor parte de la economía es informal o subterránea y no paga nada. El presupuesto es una procesión que cada año pesa más y que cargan menos cucuruchos.
Se argumenta que la carga tributaria respecto al PIB es de las más bajas del continente. ¿Es esta una justificación válida para la reforma fiscal?
Esa baja carga es porque la economía es informal y no tributa. Se cree que menos del 30 por ciento de la economía se mueve en la formalidad y tributa; si los incentivos perversos de atacar al tributante continúan, pronto todos querremos pasarnos a la economía informal.
¿Cree que el nivel de riesgo país empeore debido al alto nivel de endeudamiento público versus una baja recaudación fiscal?
La burocracia internacional está muy interesada y feliz de que la deuda se incremente y también los impuestos, de modo que harán todo lo posible por presionar para que esto acontezca; es probable que logren influenciar lo suficiente para dañar la calificación riesgo país.
Finalmente, ¿por qué cree que nuestros Gobiernos siempre aducen que no les alcanzan los presupuestos pero no se ajustan el cinturón o gastan en base a prioridades?
El presupuesto es solo una formalidad, se aprueban rubros y luego se hacen transferencias, es como si usted le diera a su esposa “su gasto” con rubros específicos como pago de colegios, medicinas y comida pero ella decidiera que lo de las medicinas lo gastará en pintar su automóvil.