Nineth Montenegro:
La diputada Nineth Montenegro, del partido Encuentro por Guatemala, manifestó sentirse frustrada por la apatía de la sociedad guatemalteca ante la desfachatez del Gobierno de gastar millones de quetzales en Cohesión Social sin ninguna fiscalización.
Más de Q4 mil millones gastados en menos de tres años y transferencias por más casi Q2 mil millones de áreas prioritarias como Gobernación, Educación y Salud. ¿Qué sensación le queda de estos manejos del presupuesto?
La sensación que me queda es que en este país campea la impunidad y la indiferencia. El Presidente de la República insistentemente dice “que me den pruebas de que las cosas se están haciendo mal”, pero más pruebas no se le han podido dar. Primero porque, de los 12 programas de Cohesión Social, sólo cinco pueden fiscalizarse medianamente; los otros siete no se pueden fiscalizar, solo se puede ver que “sacaron tantos millones” de otros Ministerios. Sin embargo, las ejecuciones no se desglosan, no se detalla nada, entonces es imposible rastrearlos. Segundo, que es tanta la corrupción y la impunidad que la población le ha dejado de tomar interés y no le presta importancia. Por ejemplo, lo último que nosotros descubrimos en las “becas solidarias” es que una misma o dos personas diferentes tienen el mismo DPI, hay duplicidad de cédulas, duplicidad de pagos tanto a favor de estudiantes de grados diversificados como en el ejercicio de un oficio. Y la gente no le da importancia, no hay reacción, ya nos volvimos indolentes, es como cuando usted comenta que han muerto tres personas un día y al poco tiempo otras cuatro, entonces ya no sabe a qué ponerle atención.
¿Cohesión Social es lo más grave en corrupción cree usted?
Quizá lo más grave de esta política pública de Cohesión Social y sus 12 programas es que pese a demostrar que hay ausencia de transparencia y falencias de fondo, la indiferencia ha llegado al extremo que la población, está preocupada por otras cosas, que ya no le pone interés al hecho de que se está saqueando dinero público de una forma sistemática. Hemos podido demostrar que estos 12 programas tienen una estructura paralela que la sacaron del estado, hicieron fideicomisos y de ahí pasan el dinero directamente a manos de las personas, crearon una infraestructura ajena al Estado so pretexto de que el mismo no funciona, que no tiene suficiente personal. Y lo que ocurrió es que ahora no podemos tener controles sobre ese personal, si esas gentes trabajan en función de un partido o si el dinero se entrega sólo a afiliados de esos partidos políticos, etcétera. Y otro tema grave es que han vaciado programas prioritarios como Gobernación, Salud y Educación.
¿Acaso no cree que esta falta de fiscalización se deba a la debilidad de las instituciones como el Ministerio Público y la Contraloría General de Cuentas?
Ese vaciamiento del erario público preocupa pero el día en que la población reclame y exija sus derechos las cosas van a cambiar. Por ahora uno puede denunciar todo esto al Ministerio Público o a la Contraloría pero nadie investiga. Si yo encontré todo esto cómo no los va a encontrar la Contraloría, pero no hace nada, no interpone denuncias, no hace reparos, ni impone multas… nada. Ya estamos viendo cómo con gran desfachatez que se están ofertando quiénes van a entregar las magdalenas y los juguetes (para Navidad y año nuevo). Yo digo: Es esto prioridad o es una prioridad darle educación a todos y que en el futuro puedan desempeñarse de forma independiente. Qué se gana con una magdalena, más que estimular el clientelismo, el paternalismo y ofender la dignidad del más pobre. Esa impotencia debe ser nuestra preocupación pues vemos una indolencia generalizada del pueblo, hay tanta muerte y tanta corrupción pero no nos pronunciamos. Esa apatía significa que cada quien se encerró en su vida y en su propio mundo.
¿Por qué cree que hace esto el Gobierno?
Porque impacta más en el imaginario inmediato de un pueblo que no va a entender que ese dinero se puede utilizar mejor en educación para sus hijos. Para ellos (gente del Gobierno) gastar de esa manera es una ganancia electoral.
¿Y las instituciones encargadas de fiscalizar no lo hacen?
La forma en que se elige al Contralor lo debilita y la forma clientelar y casi partidaria en que se ha usado la Contraloría también hace que haya perdido su independencia. Además, el Congreso nunca fiscaliza cómo se ejecuta el presupuesto del Estado, pero sí se preocupa cómo se aprueba. En Guatemala hay cosas que frustran y dan ganas de levantarse y decir “hoy me pongo de duelo porque veo que aquí no se pueden hacer las cosas que uno sueña, con futuro, con justicia; el clientelismo, el poder del dinero y de algunos medios televisivos son verdaderamente el poder tras el trono. Hacer política sana en Guatemala es imposible”.
¿Y 2011 puede traer algunos cambios?
Será peor porque lamentablemente serán elecciones como nunca, pues habrán campañas millonarias y el poder de los medios electrónicos, los celulares y la penetración del narcotráfico será enorme. Además, estamos viendo ausencia del Tribunal Supremo Electoral que no fiscaliza; los partidos políticos tienen techos de gasto pero no se ve de dónde proviene el dinero que usan ni quiénes son sus donantes. El Tribunal le echan la culpa al Congreso pero la ley está ahí y debe hacer su trabajo de fiscalizar mejor.
¿Veremos más recursos a Cohesión Social en 2011 o pudo usted frenar parte de esos fondos?
No se puede detectar ahorita, sólo lo de Mi Familia Progresa. Este programa ha crecido porque empezó con 40 mil familias y Q100 millones, mientras que en 2010 eran 800 mil beneficiarios y más de mil millones de quetzales destinados al mismo. Los demás programas también se han incrementado pero beneficiando casi que a los mismos pues es una forma de generar fidelidad de cara a la contienda electoral.
Los demás programas, como no tienen una estructura presupuestaria, sólo veremos las transferencias que se hagan en el transcurso del año, sacrificando seguramente a otros Ministerios, como vimos en 2010.
“La gente no le da importancia, no hay reacción, ya nos volvimos indolentes, es como cuando usted comenta que han muerto tres personas un día y al poco tiempo otras cuatro, entonces ya no sabe a qué ponerle atención”.
“Es tanta la corrupción y la impunidad que la población le ha dejado de tomar interés y no le presta importancia”.