Fedefarma y Grefarma, organizaron un taller para evaluar el impacto que tiene en los países la falsificación y contrabando de medicamentos. Explicaron que estos ilícitos provocan muerte, evasión de impuestos y daños económicos millonarios en las industrias formales.
En Guatemala es poco o nulo el conocimiento que las autoridades de Gobierno tienen sobre el impacto en la población, en el fisco y en las industrias farmacéuticas por la falsificación y el contrabando de medicamentos. Las consecuencias van desde la muerte de muchas personas inocentes, la pérdida de recursos económicos para el Estado debido al ingreso de productos de manera ilícita que no pagan impuestos, y daños severos a las empresas fabricantes y sus respectivas marcas.
La Federación Centroamericana de Laboratorios Farmacéuticos (Fedefarma) y la Gremial de Fabricantes de Productos Farmacéuticos (Grefarma), adscrita a Cámara de Industria de Guatemala (CIG), desarrollaron un taller con la participación de destacados expositores de industrias internacionales de medicamentos. También participaron agentes la Policía Nacional Civil y delegados de la Superintendencia de Administración Tributaria (SAT), quienes conocieron sobre los graves riesgos que se corren por estas prácticas de muchos delincuentes y sobre las cuales los gobiernos tienen poca capacidad de reacción. El taller fue denominado “Medicamentos ilícitos”.
Según los expositores, además de la falta leyes severas para castigar a los infractores, los Estados tienen grandes carencias de recursos para afrontar la falsificación y contrabando de medicinas.
Propuesta de ley
En Guatemala, Grefarma promueve una iniciativa con la participación del Ministerio de Salud, Ministerio Público, Ministerio de Gobernación por medio de la Policía Nacional Civil, la SAT, el Organismo Judicial, el Congreso de la República y el Ministerio de la Defensa. Sin embargo, la propuesta de ley no ha progresado.
Aunque en Guatemala se desconoce el nivel exacto de falsificación y contrabando de medicamentos, los hallazgos de casos han ido en aumento. El promedio en América Latina oscila entre un 10 y 20 por ciento. Estados Unidos tiene el más bajo índice de falsificación, con el uno por ciento y, el más alto es Angola, con un 70 por ciento.
Una de las iniciativas de la industria farmacéutica de Guatemala es obligar a las farmacias a dejar por escrito, en la factura de venta, el nombre del producto y el número de lote de fabricación del mismo. Esta información sería importante para detectar posibles productos ilegales.
Rafael Cortez, de Novartis, explicó que él lleva diez años investigando este problema en Colombia, uno de los países con los índices de falsificaciones más elevados de la región, pero la lucha ha sido titánica. “Los falsificadores destruyen un país, no pagan impuestos, dañan el mercado, se pierde control de calidad, provocan muertes humanas”, precisó. También ocasionan nacimientos de niños no planificados, como ocurrió en su país, donde un delincuente distribuyó un anticonceptivo falsificado y las mujeres que lo tomaron resultaron embarazadas, explicó Cortez.
Impacto de estos ilícitos: Muerte de personas inocentes, evasión de ingresos para el fisco, daño a las industrias fabricantes y daño a marcas.