Ricardo Castillo Sinibaldi, presidió la Junta Directiva de Cámara de Industria entre julio de 1967 y julio de 1969. Durante su período se inició el proyecto de construcción del edificio que hoy ocupa la institución, además de ser uno de los impulsores del Banco Industrial y de la Ley de Fomento Industrial, entre otros logros.
Por Hernán Guerra
Industria y Negocios
¿Cómo describiría el contexto político y económico de esa época cuando usted presidió Cámara de Industria?
Yo estuve alrededor de seis años en la Junta Directiva, en representación de Embotelladora La Mariposa, la empresa donde yo trabajaba en esa época. Como representante de esta compañía fui electo, primero como director, luego como tesorero, posteriormente como vicepresidente y por último, como presidente, cargo que ocupé entre 1967 y 1969.
En ese momento la industria de Guatemala era muy incipiente, empezaba a desarrollarse. Teníamos muchos problemas, se iniciaba el Mercado Común Centroamericano, en fin, era una época difícil; nuestra sede estaba en la tercera avenida entre 12 y 13 calles de la zona 1. Éramos un grupo de industriales muy pequeño asociado a la Cámara, no recuerdo el número exacto de socios pero tal vez unos 200.
“El problema de los Gobiernos es que no entienden de desarrollo, no saben que el fomento de la inversión, de la industrialización, es lo que genera riqueza; un país industrializado es un país rico, no cabe la menor duda”.
¿Y la relación con el Gobierno de turno cómo era?
Teníamos muchas relaciones con el Gobierno aunque existían confrontaciones por las diferencias sobre las políticas de desarrollo industrial. Cuando presidí la Cámara el Presidente de la República era Julio César Méndez Montenegro,
CIG siempre se distinguió por ser muy influyente y definida, enérgica en la defensa de los principios de la empresa privada. En nuestra época podría decirle que muchas de las cosas que tuvieron que ver con el desarrollo fundamental de la industria las logramos, como el impulso del Mercado Común Centroamericano, la Ley de Fomento Industrial y la creación del Banco Industrial. Yo presidí la primera asamblea general de este banco y lo entregué a sus accionistas.
Recordemos que antes del gobierno de Méndez Montenegro el país había estado dirigido por militares y él vino a hacer una transición como profesional del Derecho. Era un hombre muy respetuoso de las leyes y, por supuesto, tenía buena relación con las empresas.
¿Recuerda alguna diferencia que haya tenido la Cámara con este Gobierno?
Tuvimos buena relación con él pero por supuesto que también hubo confrontaciones muy serias. De la que recuerdo es que el ministro de Finanzas Públicas que él nombró era Alberto Fuentes Mohr (padre del actual ministro de esa cartera, Juan Alberto Fuentes) estaba promoviendo una reforma fiscal y quería subir los impuestos. Al final, Julio César Méndez lo quitó del cargo. El problema de los Gobiernos es que no entienden de desarrollo, no saben que el fomento de la inversión, de la industrialización es lo que genera riqueza; un país industrializado es un país rico, no cabe la menor duda. Todos los países ricos son industrializados. El tema de la industrialización siempre lo defendimos y peleamos con los gobiernos de Miguel Ydígoras Fuentes, de Enrique Peralta Azurdia y de Julio César Méndez Montenegro. Yo fui parte de la junta directiva de la Cámara con estos tres gobernantes. En mi presidencia invitábamos a almorzar, cada mes, al ministro de Finanzas Públicas, para mantener una relación de mucha cordialidad con los industriales, para que comprendiera nuestros puntos de vista. Esto nos dio buenos resultados.
¿Se ha mantenido el papel de Cámara de Industria durante estos 50 años? ¿O considera que ha habido cambios?
El cambio entre esa época y lo que vemos hoy no es mucho porque siempre seguirán los conflictos con los gobiernos. La Cámara mantiene la misma línea, es una de sus grandes ventajas pues sigue defendiendo los intereses de la industria y de la inversión privada. En aquella época era una de las instituciones líderes y hoy sigue siéndolo, ha continuado desempeñando muy bien su papel de representar al sector; hoy es más fuerte.
¿Qué otros aportes cree que ha dado el sector industrial al país, representado por Cámara de Industria?
Son muchos. Impulsó la creación del Irtra, del Banco Industrial, el Instituto Técnico de Capacitación y Productividad (Intecap) y se promovió la Ley de Fomento Industrial. En fin, ha sido un aporte valioso en el que también participaron otras instituciones. El Irtra se fundó en tiempos de Ydígoras Fuentes (1958 – 1963).
La construcción del actual edificio de la Cámara se promovió en su época. ¿Qué recuerda?
Yo fui el iniciador pero no se terminó en mi período, se concluyó en el período de Chema Passarelli (José María Passarelli), entre 1971 y 1973. El financiamiento lo logramos por medio del Banco Industrial, más unas aportaciones que hicieron los industriales de la época.
¿Cómo visualiza el papel de la Cámara para los próximos años?
Lo veo igual que ahora pues siempre ha seguido muy bien la línea marcada por los fundadores. Todos los que han estado en la junta directiva han cumplido su papel, unos más, otros menos, pero todos en la misma dirección.