El 22 de enero del presente año, los presidentes de Guatemala y El Salvador se reunieron en la frontera entre ambos países para firmar el “Protocolo de Modificación al Convenio Marco para el Establecimiento de una Unión Aduanera entre los territorios de la República de El Salvador y la República de Guatemala”. El mismo no es más que la continuación de un proceso de varios años y su objetivo principal es incorporar todos los cambios necesarios para crear la organización institucional común que “administre” la unión aduanera entre ambos países.
Aunque este avance pueda parecer relativamente pequeño, viene a sumar a una serie de esfuerzos que permitirán efectivamente cumplir con el compromiso de una unión aduanera con nuestro vecino. Durante los últimos años se han logrado importantes avances en la libre circulación de bienes entre ambos países, así como en la coordinación entre las respectivas autoridades aduaneras y la regulación de procedimientos en el comercio. Esto coloca a ambos países a la vanguardia en el proyecto de unión aduanera a nivel centroamericano y los convierte en el modelo a seguir. A la fecha, Centroamérica es el segundo socio comercial en importancia para Guatemala. Es más, esta importancia ha estado creciendo en los últimos años.
De representar 27% de nuestras exportaciones en el año 2006, para el año 2008 había aumentado a 30%; y si se incluye a Panamá, suma 32.4%. Por otro lado, de toda la región, El Salvador es nuestro principal comprador, representando el 12.5% de todas nuestras exportaciones. Esto lo coloca como el segundo país en importancia para Guatemala. Visto desde el lado contrario, aunque El Salvador representa el 4.5% de nuestras importaciones, para ellos representamos el 20% de sus exportaciones.
En general, toda la región centroamericana se ha convertido no sólo en el segundo mercado de importancia para Guatemala, sino también uno de los de más rápido crecimiento. Además, ya no es sólo el comercio de bienes finales, sino también la integración de procesos productivos. En la medida que ésta última tendencia avance, más la situación económica internacional adversa, debería crecer la necesidad de avanzar aceleradamente en la integración de la unión aduanera, no sólo con El Salvador sino que con toda la región.