Si nos detenemos a reflexionar acerca de la historia de la alimentación, podremos apreciar que desde hace miles de años se han adoptado prácticas de procesamiento y conservación, como el salado, secado o ahumado de los pescados y las carnes, de las cuales nuestros pueblos todavía dan fe. El procesamiento ha permitido eliminar o reducir microorganismos peligrosos, ha contribuido al aumento de la vida útil de los alimentos y ha mejorado el valor nutricional, adaptándose...