Contribuyendo a los ODS desde un actuar empresarial responsable

Comunicación CIGoctubre 2020

La RSE se traduce en valor agregado ante los consumidores, un sentido de identificación y pertenencia por parte de los trabajadores y una mejor reputación.

Colaboración especial:
Karen Chinchilla / directora ejecutiva
Pacto Global Red Guatemala
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Con la llegada del nuevo milenio, líderes de 189 países se comprometieron a alcanzar, antes de 2015, los Objetivos del Milenio. Un conjunto de fines cuantificables, como la reducción de la pobreza extrema y el hambre. Llegado el plazo hubo logros significativos, pero con un alcance desigual.

Así que, durante la Asamblea General de Naciones Unidas celebrada en 2015, los líderes mundiales acordaron adoptar la Agenda 2030 sobre el Desarrollo Sostenible; una oportunidad para que los países y sus sociedades trabajen en favor de las personas, el planeta y la prosperidad. La Agenda cuenta con 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), que son de carácter integrado e indivisible, de alcance mundial y de aplicación universal. Los objetivos son:

Estos objetivos integran 169 metas ambiciosas. Así que, para materializarlas, cada gobierno debió fijar sus propias metas nacionales, tomando en consideración la realidad propia del país, sus capacidades y nivel de desarrollo.

Los ODS representan entonces aspiraciones a lograr de forma colectiva, por lo que deben contribuir todos los actores: gobiernos, sociedad civil y definitivamente las empresas.

Estas últimas, son un agente clave para la consecución de los objetivos; esto no significa que su rol sea malinterpretado y se le atribuyan tareas que le corresponden al Estado.

Sino que, al ser el motor de crecimiento económico y creador de empleos, las empresas tienen un papel importante:

Mitigar los impactos negativos de sus operaciones, potenciar los positivos y, contribuir a mejorar la calidad de las condiciones del entorno y su ámbito de competencia; alcanzando a impactar a los grupos relevantes como: los trabajadores, comunidades locales y sociedad en general.

De hecho, esto no es un tema tan reciente. Desde los años 70, la humanidad comenzó a percatarse que la mayoría de sus acciones producía algún tipo de impacto sobre la sociedad y la naturaleza.

Y con el paso de las décadas, los mercados globales han ido demandado cada vez más, una mayor conexión entre los negocios, el medioambiente y la sociedad; requiriendo un compromiso de las empresas para que asuman responsabilidad ante los impactos que sus decisiones y actividades ocasionan.

Responsabilidad Social Empresarial (RSE)

La Agenda 2030 llegó hace 5 años a intensificar los esfuerzos; pero desde tiempo atrás, las empresas han ido asumiendo un actuar responsable, a través de prácticas que sobrepasen los estándares mínimos establecidos en la normativa del país donde operan, y actuando según lo correcto, es decir bajo un comportamiento ético y transparente.

Las empresas han hecho palpable este compromiso voluntario a través de ciertos mecanismos. Sin lugar a duda, uno de los más recurrentes y conocidos, es la Responsabilidad Social Empresarial.

El competir en un mercado responsable, ha acrecentado la demanda de los múltiples actores (clientes, gobiernos, organizaciones de sociedad civil y la sociedad como tal), llevando a las empresas a transformarse e implementar la RSE como un factor imprescindible en la gestión del negocio.

Pero es evidente, el valor que aporta una estrategia de RSE a los ODS en el área de alcance y esfera de influencia de la empresa. Podría pensarse equivocadamente que el aporte no es sustancial. Pero el implementar prácticas voluntarias en pro del área geográfica en donde opera, del entorno y de los colaboradores, indudablemente contribuye a mejorar las condiciones y por ende genera un impacto directo a los ODS. Según los ámbitos que abarque la estrategia de RSE de la empresa, así será su impacto. Por ejemplo: La responsabilidad comunitaria, dependiendo del tipo de acción, aportará a los ODS enfocados a las personas (1, 2, 3, 4, y/o 5).

Cada vez, más empresas adoptan el compromiso de este actuar. Varias de ellas incluso, han ido un paso más allá de la RSE, y han implementado estrategias de sostenibilidad con acciones articuladas de manera integral, impactando positivamente su entorno.

Tal es la relevancia del tema que, bajo la iniciativa denominada Pacto Global de las Naciones Unidas, los líderes empresariales se han comprometido a colaborar para promover principios sociales y ambientales de carácter universal.

Iniciativa desde la cual se propician diez principios en las áreas de Derechos Humanos, estándares laborales, protección del medioambiente y lucha contra la corrupción. Para que toda empresa que produzca bienes o servicios, contribuya a la sociedad, tomando decisiones en pro de un desarrollo equilibrado entre el crecimiento y el uso de los recursos, velando por el bienestar y la preservación del entorno.

Durante esta denominada década de la acción, las empresas a través de su actuar responsable y la implementación de estrategias, contribuyen para el logro de la Agenda 2030.

El contenido de Industria&Negocios no necesariamente representa la opinión de Cámara de Industria de Guatemala; cada artículo es responsabilidad de sus autores.

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