Dentro de las principales causas de por qué los proyectos y procesos de cambio fracasan está la falta de un patrocinador ejecutivo, poco o ningún compromiso del nivel gerencial, ausencia de sistemas de apoyo, expectativas no realistas, falta de un equipo multidisciplinario y la resistencia al cambio; siendo este último el que más impacto tiene. Un 75% de los proyectos y procesos fallan por esta causa.
El ser humano está diseñado para rechazar lo nuevo. Según aportes de la neurociencia, en el cerebro reptiliano se mantiene albergada la neofobia, que es el miedo a lo nuevo. Situación que ayudaba en épocas ancestrales a que los habitantes de la tierra tuvieran esta reacción a efecto de sobrevivir.
Otra situación que señalan los científicos, desde esta misma perspectiva es que nuestro cerebro actúa protegiéndonos naturalmente, por ejemplo:
Nos resulta complicado disfrutar de algo, si creemos que tiene un defecto. Otra situación natural es que, si al escoger lo que vamos a hacer, hay un riesgo conocido, es más probable que actuemos para evitar un daño, que para conseguir un beneficio.
Como consecuencia, ante situaciones de cambio nuestro cerebro actúa de esta manera, haciendo poco atractivo lo nuevo y desconocido, de allí que la resistencia al cambio sea natural, pero no por eso debe ser permanente.
Podemos por medio de una serie de acciones revertir este proceso. Nuestra mente colabora hacia aquello que nos proponemos de manera distinta, de allí que una estrategia adecuada de comunicación desde la etapa inicial del proceso de cambio es determinante.
Las personas y las organizaciones deben estar plenamente conscientes de por qué y para qué de los cambios, cuáles son los beneficios, los impactos y su mitigación; así como cuáles serán los apoyos que las personas tendrán en el proceso.
Por otro lado, es determinante que se adquieran las competencias que les permitirán ser eficientes en los nuevos ambientes. La formación es entonces otro elemento fundamental en los procesos de cambio, si la gente es capaz de realizar lo que le corresponde en una situación nueva, disminuye la incertidumbre e incrementa la certeza.
Una efectiva gestión del cambio, logrará que los proyectos y procesos se implementen de forma más eficiente y en el tiempo estimado o menos.