En la última versión del Foro Abierto NOJ sobre el tipo de cambio, Lisardo Bolaños del Centro de Investigaciones Económicas Nacionales y Daniel Fernández de UFM Market Trends comentaron los efectos de una posible devaluación del precio del quetzal ante el dólar.
Ambos reconocieron que el tipo de cambio no es una variable aislada y que no solo de ella depende el crecimiento del país. Sin embargo, su importancia radica en que devaluarla impacta en un incremento a las exportaciones, pero no aumenta la productividad general, la industrialización y, por ende, el empleo formal.
Bolaños explicó que Guatemala está sumida en un círculo vicioso que empezó con el apoyo internacional a la industria cafetalera de Vietnam aprincipios de los 2,000. Esto bajó el precio internacional del café y afectó la industria nacional. Hubo fuga de mano de obra y se incrementaron las remesas. Estas, a su vez, aprecian el tipo de cambio porque ingresan más dólares al país. Un tipo de cambio apreciado disminuye la competitividad en exportaciones, especialmente las industriales. Eso implica menos empleo formal localmente y más fuga de mano de obra.
Las soluciones no son fáciles de encontrar. Mientras Bolaños apuesta por políticas públicas laborales, educacionales y de desarrollo de infraestructura para aumentar la productividad del país y frenar en el largo plazo la alta importancia del tipo de cambio en el crecimiento económico, Fernández apostó por no intervenir este precio, sino dejar reglas claras, impuestos bajos y las mismas condiciones para todos los sectores productivos.
Por último, Fernández recalcó que aunque los incentivos a las exportaciones y a la industrialización del país permiten el desarrollo económico. “La única productividad que es sostenible no es la que viene de engaños monetarios sino la que viene de la inversión en activos reales. El verdadero conductor del crecimiento es la inversión”, explicó Fernández.