Ago-13 Industria extractiva: La RSE empieza en casa

Cuando hablamos de Responsabilidad Social Empresarial (RSE) en la industria extractiva guatemalteca nos imaginamos un reto difícil, que además de ir más lejos que las exigencias de ley, debe sobrepasar el escozor y la desinformación que se ha generado alrededor del tema. Por eso decimos que el desafío de la década no es convencer a las mayorías de que la industria se ha comprometido, es construir, promover y enraizar una cultura ética.Las empresas del sector ponen la mira en el desarrollo humano sostenible de su entorno, principalmente a través de un ambiente de confianza entre sus colaboradores, sus familias, con la sociedad y hacia la comunidad local.Mientras la industria extractiva agremiada libra batallas que pretenden bloquear su desarrollo y crecimiento, la administración de las empresas no se detiene, poniendo en marcha prácticas y acciones de responsabilidad social. El retoEl reto más ambicioso es mejorar “su casa”, o sea involucrar a sus líderes y colaboradores en el proceso de crecimiento interno, de manera que sean ellos los primeros en adoptar esta cultura. Esto significa convertirse en los embajadores de una industria respetable y digna. ¿Cómo lo logran? Promoviendo el repaso de sus valores y conociendo con orgullo la realidad de la actividad que desarrollan.En la industria extractiva existe la certeza de que la RSE debe nacer de un interés genuino y del convencimiento de sus colaboradores, supervisores, operarios y gerentes, de que incorporar valores en sus procesos productivos cambiará la vida de muchas personas.Significa que el aprendizaje debe ser en cascada, de los líderes a sus colaboradores, a sus familias y a la comunidad; al final, se espera que este impacto llegue más lejos. Incorporar la estrategiaCoincidiendo con el Centro de Acción para la Responsabilidad Social Empresarial, (CentraRSE, 2007), la comunicación interna es el punto de partida para que los conceptos se adopten y se entiendan.En los últimos años, la Gremial de Industrias Extractivas (GREMIEXT), ha sensibilizado y creado conciencia sobre la importancia de implementar prácticas éticas, como el eje transversal de la actividad, incluyendo empresas pequeñas, medianas y grandes.Esta estrategia de RSE pretende un aprendizaje de prácticas y una mejora de actitudes. Y hasta hoy significa varios ejes, con resultados claros en las empresas comprometidas con la minería. Aquí esbozamos algunos logros con cifras: La industria extractiva está comprometida con el respeto al ser humano y a la vida en comunidad. Uno de los propósitos es favorecer el diálogo y la convivencia en sus zonas de operación y, por ello, se involucran en las actividades culturales, deportivas y de desarrollo de sus anfitriones y promueven la capacitación y programas productivos de diversificación en las zonas más pobres. Inversión social anual, US$10 millones; iniciativas de diálogo al año, más de 100.Los estándares ambientales que se exigen a un proyecto extractivo sobrepasan los protocolos nacionales. Por ser una industria de alto impacto, los ojos de las entidades verificadoras mundiales están atentos a los proyectos. Las empresas nacionales cumplen con los requisitos que exige la ley en cuanto a licencias forestales y ambientales. No obstante se comprometen a proyectos voluntarios de preservación y de reforestación.

 

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