El presidente de CIG, Andrés Castillo, sostiene que no se puede pretender atraer inversiones, generar más empleo y bienestar para la población, si el país no mejora su clima de negocios. “Deberíamos empezar por la certeza jurídica, que implica el Estado de Derecho; es fundamental”, expresa.
Y es que, históricamente, el país ha carecido de reglas claras y estables, la constante ha sido que cada cuatro años, o menos, se habla de reformas a leyes, no necesariamente fiscales. Luego, Castillo reitera que el combate a la corrupción y la transparencia en el gasto público también son tareas pendientes que no se pueden posponer, y sobre las cuales CIG ha planteado acciones concretas. “Si se empieza a generar transparencia y credibilidad, luego vienen la confianza y la atracción de inversiones”.
En suma, según Castillo, la historia dice que en Guatemala las reglas son cambiantes y con esa realidad, las empresas o nuevas inversiones no pueden planificar a largo plazo. “Sobre todo en el tema de impuestos vemos que cada dos o cuatro años se habla de reformas; tampoco se ven esfuerzos concretos y objetivos en el combate a la corrupción y por eso, a la larga, es más fácil salir a pedir dinero”.
Asimismo, explica que, cada día las empresas gastan más en seguridad, en reparar su flotilla de camiones porque la infraestructura es mala, al final, eso provoca desconfianza e incertidumbre.
Otro de los males del país es el contrabando, un ilícito que le cuesta al Estado cerca de Q6 mil millones al año y que, por aparte, provoca pérdidas millonarias en las empresas formales que pagan sus impuestos y cumplen con las leyes nacionales. “Todo aquel producto que entra de contrabando debería de ser penalizado”, precisa el presidente de CIG.