Hemos volteado la página a un período de Gobierno que, en realidad, no fue lo que quizá todos los guatemaltecos esperábamos. Pero como siempre, la esperanza y el optimismo en las nuevas autoridades están presentes en la mente de todos, a pesar de entender que los retos del país son enormes en casi todas las áreas. En estas líneas no entraré a analizar con detalle qué se debe hacer en todo ese rosario de complejos problemas. Haré hincapié en la competitividad que, como país, Guatemala debe mejorar para que los inversionistas –locales e internacionales– pongan la mira en nuestro territorio y vengan a confiar sus capitales y generen empleo y bienestar.
Es oportuno destacar que el simple cambio de Gobierno no necesariamente es suficiente para que los inversionistas apuesten por Guatemala. Pero sí será relevante si ven que la nueva administración gubernamental pone como prioridad en su agenta de trabajo, la generación de condiciones ideales para facilitar los negocios. Como representantes del sector industrial, Cámara de Industria de Guatemala seguirá sosteniendo que la única manera de alcanzar bienestar y desarrollo es a través del empleo. Pero ese empleo no puede proveerlo el Estado, sin embargo, sí es su deber crear un clima adecuado para que el sector privado lo haga… así de simple.
Clave, recuperar la confianza
Por ahora, las expectativas en el nuevo Gobierno son altas. Sin embargo, como sociedad, debemos ser comprensivos y no esperar que los cambios vengan de la noche a la mañana. No, los problemas son demasiados y complejos. Tampoco debemos cruzarnos de brazos y esperar que las soluciones caerán como maná del cielo. Guatemala necesita el aporte de todos, no sólo de los organismos Ejecutivo, Legislativo y Judicial. Sí será crucial que nuestras autoridades trabajen y devuelvan la confianza que los guatemaltecos hemos perdido en el Estado. En Cámara de Industria continuaremos haciendo propuestas positivas, generando diálogo e iniciativas que nos permitan, como país, salir adelante, pero tampoco tendremos empacho en reprochar aquellas medidas o acciones que vayan en la dirección equivocada y que consideremos que dificultan las inversiones, la generación de empleo o que atenten contra el Estado de Derecho.
En cuanto a la inseguridad, el problema más urgente, creemos que, si en los próximos cuatro años se reducen los índices de criminalidad, es posible que veamos, paulatinamente, la apertura de pequeños y medianos negocios que generen nuevas fuentes de trabajo. Además, será un mensaje positivo para atraer grandes inversiones. Recordemos que durante los últimos años han sido vastas las áreas de la capital y de ciudades departamentales donde los pequeños y hasta grandes empresarios han sido víctimas de las extorsiones. Preciso citar un estudio de 2011 del Banco Mundial, titulado “Crimen y violencia en Centroamérica, un desafío para el desarrollo”. Según este análisis, la violencia es un lastre para el crecimiento y desarrollo de cualquier país pero si se logra reducir en un 10 por ciento, el ingreso per cápita de los guatemaltecos podría, como mínimo, aumentar en 0.7 puntos porcentuales. Parecería poco pero según señala, la economía de Guatemala, El Salvador y Honduras, tendrían mejores perspectivas para impulsar un crecimiento sostenible durante los siguientes años.
En ese sentido, al analizar el término “competitividad”, llegamos a la conclusión de que implica un trabajo integral y multidisciplinario en todos los ámbitos, donde la seguridad ciudadana es sólo un factor. Un país es competitivo si cuenta, además, con buenas carreteras, con fácil acceso a puertos y aeropuertos, si posee una oferta laboral altamente calificada, si el Estado es facilitador de negocios, si es transparente en el gasto público y no corrupto, si mantiene reglas claras y estables y limita al mínimo los trámites burocráticos.
Desafortunadamente, según los principales estudios de instituciones y organismos internacionales, en los últimos dos años Guatemala ha perdido competitividad. Insisto, los retos de este país son muy pesados como para delegar toda la carga al Gobierno, así que todos debemos poner de nuestra parte para lograr los objetivos.
Javier Zepeda
Director Ejecutivo Cámara de Industria de Guatemala