Quizá cuando usted esté leyendo estas líneas muchos guatemaltecos piensen quedarse en casa este 11 de septiembre porque creen que su voto no cuenta o bien, porque ninguno de los aspirantes a cargos públicos llena sus expectativas.
Muchos más podrían argumentar que ya no creen en las promesas de los políticos y que, por consiguiente, acudir a las urnas a emitir el sufragio es un esfuerzo en vano o una pérdida de tiempo. Pero la realidad puede ser diferente. Guatemala y nuestra sociedad necesita del aporte de todos y acudir a votar es la oportunidad más directa y oportuna de participar e incidir en la construcción no sólo de una democracia más sólida, sino que también es una responsabilidad que como ciudadanos tenemos.
El voto es un mecanismo de participación ciudadana que todo pueblo puede utilizar para ejercer el derecho. Es, sobre todo, un acto personal y de voluntad política porque todos somos Guatemala, todos somos pueblo, todos somos Gobierno.
Es un derecho y un deber de todos como ciudadanos. Y en la antesala de una cita histórica más, como Cámara de Industria de Guatemala, lo que queremos hacer es un llamado para que nadie se quede en casa este 11 de septiembre. Todos debemos acudir y cumplir con ese deber de ser partícipe del futuro de nuestra Guatemala.
Votar es construir ciudadanía y como tal, debemos hacer valer ese derecho; pero eso sí, con responsabilidad. Debemos estar conscientes que ese voto no lo podemos desperdiciar o marcar la X al azar.
No debemos dejarnos llevar por las cancioncitas bonitas o las promesas más atractivas. No. Esa decisión la debemos tomar a conciencia porque es un acto mediante el cual daremos a las futuras autoridades el visto bueno para que lleven a cabo o implementen medidas y políticas que de alguna manera pueden incidir negativa o positivamente en el corto, mediano y largo plazo de nuestro país, de nuestros hijos, de nuestra familia y de nuestra sociedad. Por lo tanto, es preciso meditar bien el voto.
En ese sentido, tenemos derecho de conocer la hoja de vida de los candidatos; hay que establecer si por las personas por las que nos inclinaremos son honestas, si tienen la capacidad para el cargo para el cual compiten, si hacen lo que dicen y dicen lo que hacen, si son ciudadanos honestos, si no han tenido cuentas pendientes con la justicia, si cuentan con sólidos principios éticos y un alto sentido de los valores, etcétera.
Tras ese análisis exhaustivo y consciente de nuestro voto, es preciso echar una mirada a los grandes problemas que el país afronta y, a partir de ahí, cuestionarnos quién o quiénes de los aspirantes a cargos públicos, nos presentan las estrategias políticas y las acciones concretas para afrontar esos retos.
No olvidemos que no es suficiente que los candidatos nos digan que harán esto y lo otro. Lo más importante es que nos convenzan cómo van a afrontar los graves problemas del país, como la inseguridad, la falta de empleo, la falta de oportunidades para jóvenes, la grave situación del sistema educativo y hospitalario, sin dejar de lado la infraestructura productiva. Por estas y por muchas más razones más, el voto es nuestra principal arma democrática. Participemos, acudamos a las urnas y elijamos con responsabilidad a las futuras autoridades de Guatemala. No podemos dejar pasar esta oportunidad.
Javier Zepeda
Director Ejecutivo Cámara de Industria de Guatemala