Más de 100 representantes de los Organismos Ejecutivo, Legislativo, Judicial, del sector privado, sociedad civil, sindicalistas, cooperativistas, asociaciones indígenas, instituciones descentralizadas de Gobierno, académicos, centros de pensamiento, formadores de opinión y organismos internacionales, entre otros, aceptaron el desafío de reducir los niveles de pobreza del país y que afectan al 51 por ciento de la población. La gran meta es acortar esa desigualdad hasta un 34 por ciento en 2021, año en el que se celebrará el bicentenario de la independencia de Guatemala.
Pablo Schneider, director del Centro de Iniciativas de Desarrollo de Fundesa, presentó los ejes de la propuesta sobre reducción de pobreza planteada durante el Encuentro Nacional de Empresarios (ENADE 2010). La iniciativa de esta Fundación se basa en cinco ejes principales: Más inversión social de calidad, infraestructura con financiamiento participativo, inversiones y empleo vía sectores de clase mundial, mayor impulso a la actividad de las Pymes y aprovechamiento sostenible del medio ambiente.
Pero para alcanzar las metas coincidieron en la necesidad de mejorar las áreas de seguridad y justicia, mantener la estabilidad económica, tener un marco institucional efectivo, certeza jurídica y transparencia del gasto público.
Según el análisis, si la economía del país sigue creciendo a tasas tan bajas, como hasta ahora, en 20 años tan sólo se podría aspirar a elevar el Producto Interno Bruto per cápita de US$2 mil 662 a US$3 mil 623 anuales. “En nosotros está el compromiso de que en el año 2021 no tengamos una población de nueve millones de habitantes que vivan en condiciones de pobreza”, resaltó Felipe Bosch, Presidente del ENADE 2010.
Felipe Bosch indicó que de los guatemaltecos depende que más de nueve millones de personas salgan de la pobreza.