Mar-10 El profesor Bernanke se ha ideado una fórmula de política monetaria estilo años cincuenta: Recoger la liquidez encajando los bancos.

Por Miguel Gutiérrez

Central American Business Intelligence

En la última visita de CABI a Washington y Nueva York, rutina donde se actualizan cifras con el Treasury y la Reserva Federal (FED, por sus siglas en inglés), se realizaron una serie de consultas a tanques de pensamiento económico, analistas y bancos de inversión, donde el panorama, hasta finales de enero, no era en lo absoluto optimista.

El panorama dibujado sin duda ha sido de una recaída, reconocido como un patrón recesivo en W, es decir, una caída seguida por una nueva contracción que, de darse, la veríamos en 2011, de acuerdo a la mayoría de percepciones. Si bien se ha dado una espectacular recuperación en la economía americana (5.8 por ciento, de acuerdo a la última estimación), ésta se ha generado sin importantes crecimiento de empleo y crédito. Adicionalmente, todo el mundo sabe que la recuperación en Estados Unidos se está produciendo gracias al enorme déficit fiscal de ese país el año pasado que fue de poco más del 11 por ciento del Producto Interno Bruto y, del presente, que ronda el 10 por ciento, convirtiéndose en el desbalance fiscal más elevado de la historia del gigante económico, contra tasas de descuento de bonos de 0.25 por ciento, que prácticamente es cero.

Con dinero gratis y el fisco gastando de forma agresiva en inversión pública, se ha evitado que Estados Unidos entre en condiciones de depresión. Sin embargo, en febrero Ben Bernanke, presidente de la Reserva Federal, ha dejado a los académicos congelados con una de las más sorprendentes y audaces propuestas de política monetaria y que, según él, podría evitar una recaída económica.

Prácticamente afirmó que no va a subir la tasa de interés hasta que se normalicen las condiciones económicas, lo que implica que no va a vender bonos. La normalización de los mercados no se podrá dar en al menos cuatro años, pero entonces, ¿esto implica que va a mantener una política monetaria expansiva por ese tiempo?, lo que conduciría necesariamente a una no deseada inflación alta.

¿Cómo mantener los precios bajo control si no va a subir la tasa de interés? Si sube la tasa de interés, la recaída es prácticamente inevitable.

El profesor Bernanke se ha ideado una fórmula de política monetaria estilo años cincuenta: recoger la liquidez encajando los bancos. La Reserva Federal ha dado crédito caro a los bancos en quiebra, de hecho ha sido una operación rentable para sus intereses y piensa recoger esos créditos sin subir las tasas.

Para el minúsculo grupo de economistas que en algún momento se preocupó por la inflación, sólo tiene que enterarse que de los dos trillones de dólares que emitió la FED en la crisis ya ha recogido uno por esta vía; política monetaria contractiva sin subir la tasa de interés.

El año pasado eligieron a Ben Bernanke como el hombre del año por la revista Time y Foreign Policy, por encima de Obama y otra gama de líderes de talla mundial. Salvó de dos infartos a la economía americana y evitó la depresión. Hoy, Estados Unidos crece de nuevo, suficiente para ganarse por mucho ese reconocimiento. Si Bernanke logra domar la W deberían darle ese reconocimiento por lo menos dos años más. Queda claro el valor de la política monetaria en condiciones recesivas, el valor de un banquero central como no ha visto el mundo en siglo y medio de historia de la banca central.

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