A veces las dinámicas del mercado causan efectos no deseados como este desabastecimiento de un producto tan básico y dulce como el azúcar.
Por Miguel Gutiérrez
Central American Business Intelligence
Recientemente una gran parte de guatemaltecos se ha visto en apuros para obtener uno de los productos esenciales y básicos de la dieta y canasta de consumo, como es el azúcar. ¿Por qué la falta de este producto del cual Guatemala es líder exportador?
Hay dos factores que han facilitado esta situación:
Primero: El sector azucarero mexicano tiene severos problemas de productividad y la mayor parte de los ingenios opera con pérdidas. Adicionalmente existen serios desincentivos para la siembra de caña (precios bajos). Por eso una buena parte de los abastos de azúcar de Guatemala han fluido hacia ese país. Pero esto no es suficiente, Guatemala cuenta con abundante azúcar para abastecer el sur de México y más ahora que la producción es récord en el país. Entonces, ¿qué más?
Segundo: El incremento del precio del azúcar a nivel internacional ha subido por el desabasto del mercado de India, ahora un gran importador.
El precio spot (en este momento) del azúcar cruda se encuentra alrededor de US$28 por quintal mientras que a futuro ronda los US$22, es decir, las expectativas de una baja importante del precio es generalizado. Por tal razón los productores han vaciado sus existencias aprovechando lógicamente la situación de buenos precios.
A veces las dinámicas del mercado causan efectos no deseados como este desabastecimiento de un producto tan básico y dulce como el azúcar. El problema es que la población percibe esto con un malestar, como un factor de especulación, a la espera de incrementos en los precios, cuando en realidad ha pasado todo lo contrario, se ha vendido antes de que el precio caiga, es un desabasto real.
Es allí donde una complementariedad entre Estado y mercado se puede aplicar, como lo hace Estados Unidos con las reservas petroleras, un tema estratégico. Por ejemplo, se puede acordar y calcular entre Ministerio de Economía y la Asociación de Azucareros de Guatemala el mantener un inventario mínimo para evitar la actual decisión. El problema es que, como ahora sí se espera que caiga el precio, los productores incurrirían en pérdidas, razón por la cual vendieron antes de que siguiera esa caída.
Para evitar esas pérdidas se puede establecer un mecanismo de cobertura de precio que funciona como un seguro. Pagando un monto similar de uno o dos por ciento (puede ser compartido Estado y sector privado), de tal cuenta que si cae este seguro cubre esa baja y se puede “subsidiar el costo final” pero no con recursos públicos sino con recursos del mercado de Chicago (Hedging). Estas experiencias las ha tenido México con el petróleo; Colombia, con el café y, Ghana, con el cacao. Esta es una especie de ingeniería financiera relativamente fácil y trae grandes réditos y estabilidad a la baja del precio en el mercado local sin que los ingenios incurran en pérdidas. Una de las grandes lecciones de la crisis financiera es que la cobertura de riesgos es esencial, ¿por qué no aplicarlo?