A partir de julio de 2009 la economía americana evidenció una fuerte recuperación.
Los modelos de alerta temprana (Cabi Macro Model) anunciaron en marzo 2009 que pronto vendría el fin de la recesión en Estados Unidos (EE.UU.). En efecto, a partir de julio de 2009 la economía americana evidenció una fuerte recuperación. Los pedidos en industria subieron de forma importante así como las expectativas de los consumidores.
Sin embargo, hay tres factores que pueden ensombrecer en el corto plazo la recuperación del gigante económico. 1º. La recuperación se está dando sin incremento de empleo. Si bien el empleo es la última variable en recuperarse en una recesión y probablemente lleve más de 5 años en relación con la economía, no hay señales de inflexión o cambio de tendencia, elemento que puede ensombrecer. 2º. La recuperación se está dando sin reactivación del crédito. Después de la quiebra masiva de bancos aún no entra en acción la propuesta de “overhaull” del sistema financiero, propuesto desde hace un año por el Departamento del Tesoro.
Los problemas políticos y presiones de sectores de interés han pospuesto el proceso de reforma, que es inevitable. El factor central de la crisis fue el proceso de “desregulación tonta” que el Partido Republicano ha impulsado desde 1999 y culminado con la eliminación de la “Glass Steagal” en 2004. La legislación aprobada desde la década de los años treinta que regulaba el sistema financiero fue desmantelada y trajo consigo la generación de herramientas financieras sofisticadas y la toma de riesgos sin capital por parte de las instituciones financieras. Este proceso aún no ha iniciado su reversión y es requisito indispensable para que el sistema crediticio funcione con normalidad. Es una agenda pendiente y con retrasos.
3º. Se ha hablado de la existencia de tres olas de reseteo (re negociación) de deuda. La primera fue la de deuda “sub prime”, causando lo que todos ya conocen. Aún quedan dos más, la de renta variable y la deuda “prime”. Este es un reto del cual las autoridades americanas tienen conciencia y se encuentran preparando todo tipo de acciones para que estas dos olas no se les salgan de las manos.
De tal cuenta, hoy que hay tanto optimismo en EE.UU. que algunos analistas remarcan los riesgos descritos. Hay quienes aseguran que es inminente una segunda recaída a partir del tercer o cuarto trimestre del año 2010. Otros hablan solamente de una probabilidad. Lo cierto es que las dudas prevalecen más que las certezas, a pesar del optimista informe del Fondo Monetario Internacional (FMI) que se ha caracterizado por fallar sistemáticamente en los análisis pre, durante y post crisis.
Lo cierto es que lo peor ha pasado en EE.UU. y también cierto es que en Guatemala prevalecen más dudas que certidumbres. Claro ha quedado que los operadores de política económica han contado con poca información del entorno internacional, así como limitado instrumental para analizar la ya escasa información disponible. El primer reconocimiento de “problemas económicos” se dio 18 meses después de que el mundo entrara en recesión. La complejidad de la crisis ha rebalsado el acervo de conocimiento de los tomadores de decisiones en el área fiscal y monetaria, conduciendo al país con poco margen de maniobra y previsión; situación que parece estar prolongando los efectos de la crisis. El año 2010, por decir poco, se proyecta como un año de pobres expectativas económicas y caracterizadas por el circo político que ya es una costumbre en el país.