El Superintendente de Bancos, Edgar Barquín, hace un balance de las condiciones de liquidez y de capitalización de la banca nacional. No prevé fusiones de aquí a 2010, pero sí en los siguientes años.
¿Cómo resume el estado del sistema financiero guatemalteco en este año de crisis económica mundial?
En lo que va del año (hasta octubre) el sistema bancario ha incrementado sus activos y pasivos en alrededor del cinco por ciento; por lo tanto, esperamos que cierre con un aumento de entre el siete y ocho por ciento, principalmente por aumentos que devienen de sus disponibilidades e inversiones en valores.
¿En cuánto podría aumentar la cartera de créditos?
Se va a mantener similar al año pasado pero si crece, será entre un dos y tres por ciento. Según nuestros registros, hasta octubre se mantenía igual que a diciembre de 2008, sin embargo la mayor parte de la demanda de préstamos se produce en el último trimestre de cada año; por eso esperamos que crezca entre el dos y tres por ciento no obstante que los activos sí van a crecer debido a que los depósitos se van a incrementar entre un siete y ocho por ciento. De esos recursos que captan los bancos, una parte se queda como disponibilidades, otra se va a inversiones en valores y otro porcentaje importante al crédito.
Con la crisis económica las líneas de crédito de bancos del exterior hacia la banca nacional se habían contraído. ¿Se han reanudado estos programas?
Efectivamente, continúa el apoyo de las líneas de crédito de los bancos del exterior hacia la banca nacional. Actualmente (hasta octubre) hay disponibles para los bancos por US$2,803 millones en líneas de créditos, de los cuales se ha utilizado cerca del 50 por ciento. Esto quiere decir que hay un buen margen para que los bancos los utilicen cuando la demanda de crédito se reactive con más dinamismo. Hemos visitado a bancos de La Florida, Estados Unidos y les expusimos la situación del sistema financiero y del país en general y nos han prometido seguir apoyando con las líneas de crédito.
¿Podría esperar el empresariado una baja en las tasas de interés para acceder a créditos en condiciones más favorables?
De hecho ha habido una ligera baja. Al descomponer la tasa en sus diferentes grupos se puede notar que los créditos empresariales de más de Q5 millones están bajando y se sitúan en alrededor de 9.5 por ciento en moneda nacional y 6.5 por ciento en dólares.
La tasa de interés que ha subido es la que se carga a créditos de consumo porque el nivel de riesgo es mayor. Se esperaría que continúe esa reducción si se toma en cuenta que la tasa líder del banco central es ahora mucho menor, pero recordemos que el efecto en los préstamos de largo plazo tiene un rezago.
¿Son ahora los bancos más cuidadosos al otorgar créditos?
Así es, en estos momentos la banca es mucho más cautelosa en la evaluación de sus riesgos y la asignación de sus recursos, pero con base a las perspectivas para el segundo semestre de 2009, se estima que la demanda de crédito sea cubierta dado los niveles de liquidez del sistema.
¿El sector privado y la población en general se pueden sentir tranquilos que la banca está sin problemas en este momento? ¿Cuál es su análisis en ese sentido?
El sistema bancario es bastante estable, no tenemos ningún problema, pero estamos a la expectativa de que el Congreso de la República apruebe las modificaciones a la Ley de Bancos y Grupos Financieros y a la Ley Orgánica del Banco de Guatemala. También esperamos que se reforme la Ley de Seguros. Estas reformas van a beneficiar porque permitirá que haya más transparencia, con más información hacia los agentes económicos y para los ahorrantes. También se fortalecerá el FOPA (Fondo Para la Protección del Ahorro) porque se subiría de 1.5 a dos por millar el aporte que hacen los bancos a este fondo. Asimismo, se va a incorporar otro dos por millar pero será en función de la calificación de riesgos que tenga cada banco. Recordemos que con las enmiendas será obligatorio que todos los bancos cuenten con una calificación de riesgo.
¿No cree que esta obligación de calificación de riesgo podría poner en aprietos a bancos pequeños?
No, porque pueden haber bancos pequeños pero bien calificados. Todo depende de la calidad de administración que tengan las instituciones; por eso estamos empujando a que sean eficientes y que, en función de esa eficiencia, puedan competir de mejor manera.
¿Se podría esperar más fusiones bancarias en el corto plazo?
No para este ni el año entrante; sí en el mediano plazo. Quizá de aquí a cinco años podemos visualizar algunas fusiones, las cuales vendrán en beneficio del fortalecimiento del mismo sistema financiero.
¿Hubo algún impacto adicional a la restricción de líneas de crédito internacionales para los bancos debido a la crisis?
No porque la Junta Monetaria, de manera temporal, autorizó al banco central la aceptación de depósitos a plazo en dólares por parte de los bancos del sistema. Asimismo se autorizó la implementación de un mecanismo de naturaleza temporal para dotar de liquidez en moneda extranjera a los bancos del sistema, con el objeto de mantener estabilidad en los mercados. Esto vino a darle solidez a las instituciones porque las dotó de suficiente liquidez.
Como complemento, se aprobaron modificaciones a la normativa prudencial que incorporaron la constitución de reservas o provisiones genéricas. Asimismo, desde enero del presente año el Gobierno impulsó el Programa Nacional de Emergencia y Reactivación Económica para estimular la actividad económica, proteger a los grupos más vulnerables y propiciar la generación de empleo. El Fondo Monetario Internacional respaldó este programa al suscribir, en abril, un acuerdo “stand by” con carácter precautorio por US$935 millones.
Pero indudablemente la crisis ha afectado otros sectores productivos. ¿Podría hacer un balance en ese sentido?
La crisis económica ha tenido un impacto negativo sobre Guatemala y toda la región centroamericana y Latinoamericana como se puede notar en la caída de las exportaciones y de los ingresos de divisas por remesas familiares, sin embargo la contracción de los egresos por importaciones ha sido aún mayor, lo que ha permitido reducir significativamente el déficit comercial. En cuanto al sector fiscal, se han equilibrado adecuadamente los beneficios de adoptar una política anticíclica con la importancia de mantener la deuda pública a niveles sostenibles. Las estimaciones del Banco de Guatemala revelan que tendremos un crecimiento del Producto Interno Bruto que podría estar en alrededor del 0.4 por ciento y 1.2 por ciento este año.