La ventaja competitiva no son los recursos que poseemos, sino la capacidad de usarlos. Guatemala utiliza únicamente un 10 % de su potencial hidroeléctrico y menos de un 2 % de su potencial geotérmico. Este tipo de inversión se focaliza en las zonas rurales aportando directa e indirectamente empleo, sustento, crecimiento y desarrollo de las áreas vecinas, además de otorgar beneficios ambientales al dejar de emitir gases de efecto invernadero a la atmósfera y promueve inversiones en reforestación, cuidado del bosque y ecosistemas.
En la Cumbre Mundial de Desarrollo Sostenible del año 2002, se reconoció la importancia del desarrollo de las fuentes de energía renovable y el acceso a los servicios energéticos como prerrequisito esencial para lograr alcanzar los Objetivos de Desarrollo del Milenio, los cuales a su vez, promueven principios del desarrollo sostenible a través de indicadores como el Producto Interno Bruto (PIB) por unidad de utilización de energía (representando el uso eficiente de la energía) y emisiones de dióxido de carbono per cápita.
Esta producción de energía limpia y renovable mejora la balanza de pagos del país y promueve la estabilización de precios de la factura eléctrica. Se pensaría entonces que las fuentes de energía renovable debieran de poseer el suficiente apoyo para su desarrollo. Tenemos mucho camino por recorrer.
Comparando a nivel Centroamericano las diferentes Legislaciones que promueven el desarrollo de energías renovables, los beneficios del Decreto Ley 52-2003 no se destacan. El interés de los Departamentos y Municipios en atraer este tipo de inversiones es bajo y por el contrario, expresan oposición sin sustento legal o técnico. Las organizaciones que dicen proteger la naturaleza (que no tienen ninguna supervisión y control) crean conflictos sin mayor interés que mantener su status quo.
Desde la aprobación en el año 1996 de la Ley General de Electricidad, la primera Licitación internacional para la compra de potencia y energía en Guatemala para satisfacer la demanda de las Distribuidoras se lleva a cabo en el año 2007, sin permitir la participación de Proyectos de generación por fuentes de energía renovable, eligiendo la variabilidad de los precios de los hidrocarburos.
En Panamá, en el año 2008 se celebró la licitación de potencia y energía a largo plazo EMEDET 01-08. De las 18 ofertas presentadas, ocho (8) de ellas fueron adjudicadas a diferentes proyectos hidroeléctricos (representando más de 340 MW) que iniciarán su operación en el año 2012. Los precios ofertados y la temporalidad de la ejecución de la licitación, otorgan la sostenibilidad de las ofertas; Brasil por su parte, promueve tres tipos de subasta: energía nueva (contratos negociándose con cinco años de anticipación al inicio de operación y con una duración de 20 años), energía existente y de ajuste. Planes indicativos son significativos e importantes. Metas precisas y planes de acción son primordiales. El desarrollo de las fuentes renovables de energía requiere más que empresarios con visión y amor por Guatemala, requiere de una plataforma nacional comprometida. La inversión en fuentes de energía renovable es instrumento clave desde cualquier perspectiva para el desarrollo económico, sostenibilidad ambiental y competitividad regional.