Por: Esteban Castillo | Coordinador de Contenido Editorial en Cámara de Industria de Guatemala
El liderazgo de las mujeres en los negocios es una realidad que está redefiniendo el panorama empresarial en Guatemala y en el mundo. Con determinación, visión y creatividad, cada vez más mujeres están impulsando proyectos que generan empleo y contribuyen al crecimiento económico. Su enfoque en la gestión de equipos y su visión estratégica aportan diversidad e innovación, elementos clave para enriquecer cualquier industria.
Según el Global Entrepreneurship Monitor (GEM) 2023-2024, Guatemala se encuentra entre los países con mayor participación femenina en emprendimiento en Latinoamérica, con un 28.8% de mujeres iniciando nuevos negocios. Esto evidencia el espíritu emprendedor del país y la capacidad de las mujeres para convertir ideas en oportunidades.
Más allá de las cifras, lo que realmente destaca es la manera en que las mujeres están liderando: con enfoques colaborativos, estrategias innovadoras y una visión de largo plazo que prioriza la sostenibilidad y el impacto social. Su participación en el mundo empresarial diversifica los sectores productivos y fortalece el tejido económico con modelos de negocio que integran nuevas perspectivas y soluciones.
En este camino, las mujeres empresarias enfrentan desafíos como la informalidad, el acceso limitado a financiamiento y la necesidad de equilibrar sus roles familiares y profesionales. Sin embargo, el liderazgo femenino está ganando reconocimiento, y cada vez más iniciativas facilitan su integración en la economía formal a través de formación, financiamiento y networking.
Desde la visión de Guatemala Emprende, esto es un asunto de desarrollo estratégico. Impulsar espacios que fortalezcan el liderazgo femenino es clave para construir un entorno empresarial más dinámico y competitivo. Garantizar acceso a conocimientos y redes de contacto permite que las mujeres emprendan y potencia la consolidación de sus negocios.
Las empresas más diversas son más competitivas, más innovadoras y más resilientes».
El reto, entonces, es colectivo. Se necesita una visión de país que promueva no solo el emprendimiento femenino, sino su crecimiento. Y para que esto ocurra, es esencial seguir impulsando políticas y programas, además de una cultura empresarial que proporcione una plataforma segura para que el liderazgo femenino trascienda dentro del ecosistema empresarial de Guatemala y la región.