“Solía liderar con mi ejemplo, pero era demasiado trabajo.”
Christoph Kowalewski, Asesor Temático de Acción Ciudadana, responde sobre cómo el liderazgo ético es el ingrediente esencial para que funcione un programa de cumplimiento anticorrupción.
¿Usted estaría dispuesto a hacer algo antiético para que su empresa sobreviva?
Esa es la pregunta que los investigadores de la empresa multinacional E&Y hicieron el año pasado a 4,100 empleados de grandes empresas en 41 países. La interpretación de la expresión “sobreviva” se dejó a discreción de la persona entrevistada. De los miembros de Juntas Directivas y altos ejecutivos interrogados en el marco de esta encuesta, 77% contestó de forma afirmativa a la pregunta. Esta cifra es alarmante y aunque no hayan participado representantes guatemaltecos en el sondeo, la historia reciente del país ha evidenciado que altos cargos de la iniciativa privada nacional han estado dispuestos a cometer delitos para resguardar los intereses de sus compañías.
¿Cómo una organización puede asegurar que la implementación del programa de cumplimiento anticorrupción sea realmente efectiva?
Empresas alemanas como Siemens y Volkswagen contaban con amplios y costosos programas de cumplimiento implementados cuando sus casos de corrupción – o el más reciente caso de fraude “Dieselgate” – llegaron a la luz, y fue justamente el liderazgo débil lo que dejó sus programas sin efectividad. Las empresas guatemaltecas deberían evitar el mismo error y enfocarse en trabajar el tema del liderazgo ético como medida inicial de sus esfuerzos contra la corrupción. Consultores y auditores conscientes pueden poner énfasis en este tema, aunque muchos no lo incorporan en el enfoque de su asesoría.
Aseguren que aquellos que les ayuden a desarrollar su programa anticorrupción pongan el tema del liderazgo ético como prioridad. El primer paso es un sondeo interno, bien diseñado, que proteja al participante que denuncie el mal liderazgo; que no tema hacer preguntas que van al grano cómo “¿Usted siente que su superior jerárquico lidera con el ejemplo?”. Algunos resultados no van a ser agradables. Lo importante es la disposición de ser humilde, abierto a la crítica y trabajar intensamente en la competencia de liderazgo ético hasta que la actitud que prevalezca en todos los líderes sea: “Es mucho trabajo, pero yo lidero con el ejemplo”.