La energía es un componente básico de la civilización, debido a que los seres humanos la requieren para cubrir sus necesidades. Además es la fuerza impulsora que permite convertir las materias primas en bienes y servicios, por lo que el suministro es uno de los factores esenciales que generan producción.
Debido a lo anterior, para el industrial es vital considerar los precios de la energía eléctrica y sus variaciones en sus costos. En Guatemala, de acuerdo con investigaciones y diversas publicaciones en la materia, se conoce que el costo de esta fuente de poder es uno de los más elevados en la región latinoamericana, consecuencia de la alta dependencia de los combustibles fósiles.
Además de que los pronósticos actuales prevén que la energía producida por fuentes fósiles está limitada, ya que estas terminarán por agotarse, el costo adicional y factores hace reflexionar sobre la necesidad de depender más de fuentes de energía renovable, no solo por el costo que implica sino porque no producen impactos adversos al ambiente.
Con base en la publicación presentada por la Revista Mercados y Tendencias, de diciembre de 2014, se reporta que Costa Rica es el país de la región centroamericana con menor dependencia a los combustibles derivados del petróleo para la generación de energía eléctrica. Particularmente, la construcción de su matriz energética ha estado fundamentada en la energía hidráulica, que representa alrededor del 67 % del total de la producción eléctrica, según el Instituto Costarricense de Electricidad.
Es oportuno mencionar que las tarifas promedio son publicadas en centavos de dólar por kilovatio por hora, del año 2012, y demuestra que el costo para el sector industrial guatemalteco es de 16 centavos, siendo este el más alto de Centroamérica. Estos resultados son una razón fundamental para establecer cursos de acción concretos, a fin de impulsar cambios sustanciales en nuestra estructura energética y mejorar nuestra condición competitiva empresarial.
Guatemala cuenta con grandes oportunidades en el sector hidráulico debido a la abundancia de recursos hídricos que tiene, tomando en cuenta que no se ha logrado rebasar más del 40% de su aprovechamiento, contrario a la nación costarricense que ha alcanzado más del 90% de su utilización. Paralelamente se tiene una amplia capacidad de generación en energías de tipo solar, eólica, geotérmica y biomásica.
Todo lo anterior es importante considerarlo para la emisión de políticas públicas que permitan hacer propuestas concretas en la condición de la matriz energética actual de Guatemala, además de favorecer las inversiones en energías renovables, la competitividad nacional, y generar aportes consistentes a las economías familiares de Guatemala en un marco del pleno respeto al ambiente.
Texto: Ing. Khalil de León